jueves, 26 de diciembre de 2013

Cosas que pasan

Pasa que en 1774, financiado por Jhon Jhonsom, comerciante de esclavos, ron y cosas por el estilo, lord entre los lordes del Imperio británico para más señas, James Watt inventa la máquina de vapor, dando con ello el pistoletazo de salida a la revolución industrial.

Pasa que en 1813, con más soldados de los que se emplearon contra Napoleón y 27 sólidos patíbulos colocados en lugares de lo más emblemáticos, se acaba en Inglaterra con la revuelta luddita.

Pasa después que unos succionadores enormes y totalmente inmisericordes, situados en ciudades sin alma, van atrayendo hacia ellos a todo aquel que encuentran por pueblos y caminos y los depositan en fábricas dispuestas para echar 14 horas seguidas de lo más entretenidas.

Pasa que en 1864 cualquiera que trabajase en una fábrica, dotado de buena voz y rodeado de semejantes, cuenta con un libro al que poder llamar manifiesto y en el que apoyarse para decir: "Porque nosotros, la clase obrera, queremos liberarnos de la tiranía del jefe de la fábrica sin liberarnos de la tiranía de la fábrica".

Pasa que en octubre de 1917 el zar, después de darse la mejor de las vidas, pasa a una vida todavía mejor, y que el camarada del soviet supremo del partido de la clase obrera que lo sustituye se va encabronando cada vez más cuando cualquier camarada le dice cuatro verdades a la cara.

Pasa que en 1945 acaba la II Guerra Mundial. De un lado del telón de acero, pasan los días bajo el peso de la hoz y el martillo; del otro, las banderas que pesan se llevan en los bolsillos.

Pasa que estamos en 2013 y los ceros a la izquierda han perdido todo su valor. Y pasa también que la clase obrera se ha convertido en la clase de abismo que se encuentra a raudales por las calles del planeta Tú Mismo Con Tu Mecanismo.

jueves, 19 de diciembre de 2013

La estación abandonada

No hay manera humana de conseguir que a ti o a mí nos permitan quedarnos a vivir en la estación abandonada de La Cervilla, en la comarca de La Jara, a la altura de la provincia de Toledo desde la que se atisba la de Cáceres, con la sana intención de restaurarla poco a poco, plantar almendros y melocotoneros, practicar la apicultura en un mar de jara y, con el tiempo, poder interactuar con las buenas gentes que pasen por allí en las cuestiones que dan paz y sosiego al cuerpo, al alma o al bolsillo. Por las noches, miraríamos las estrellas hasta que la ingesta de hidromiel nos pusiera mirando a Coria también.



Estación de La Cervilla, en la vía verde que une Calera y Chozas con
Minas de Santa Quiteria

jueves, 12 de diciembre de 2013

Por el camino verde

Por un mismo camino se cruzan motoquads, mountain bikes amortigüeision system y un caminante.
Los de las motoquads rocían el ambiente con CO2, por no decir CO3.
Los de las mountain bikes van dejando un reguero de tubitos de gel energyser.
Y el caminante se chupa el CO2, por no decir el CO3, y va recogiendo los tubitos, mientras se va encabronando y pensando en trampas que hagan impracticable el camino a todo aquel que no ande, repte, vaya a cuatro patas, o sea poderoso como el fuego.



Restos en el camino


jueves, 5 de diciembre de 2013

Héroes

Todas las cunetas del mundo estaban preparadas para que Tommie Smith, negro de Texas, se buscara la vida en ellas. Pero se empeñó en esquivarlas corriendo hasta convertirse en atleta de primera, sin dejar de ser considerado ciudadano de segunda.

Lo que Tommie Smith no pudo esquivar, cuando más fácil lo tenía, fue su cita con la historia aquel 16 de octubre de 1968 durante la ceremonia de entrega de medallas en la que iba a ser proclamado campeón olímpico de 200 metros lisos.

Solo tenía que haber sonreído y todas las empresas de cereales y ositos de peluche le habrían contratado para hacer anuncios, y sin embargo, en lugar de sonreír, levantó el brazo enseñando al mundo un guante negro mientras sonaba el himno nacional y era izada la bandera.

Cuando Tommie Smith regresó a su país no pudo encontrar trabajo ni lavando coches.

Aquel 16 de octubre del año 68, había alguien muy cerca de Tommie Smith que tampoco quiso eludir su cita con la historia. Peter Norman, blanco de Australia, acabó segundo en la misma carrera. Solo tenía que haber demostrado el mayor entusiasmo durante la ceremonia de entrega de medallas y volver a Australia como un héroe nacional.

Y sin embargo, se empeñó en apoyar el gesto de Tommie Smith y también fue marginado cuando volvió a su país.

Al recordar este acontecimiento, inevitablemente se nos viene a la memoria que sucedió dentro del contexto histórico de la lucha por los derechos civiles de los negros.

Sin embargo, han pasado los años y hoy, si acaso hemos aprendido la lección, deberíamos entender el gesto como la constatación de lo mejor que el ser humano lleva dentro, trascendiendo la cuestión racial para descubrir algo más profundo y provechoso: la capacidad que tiene el ser humano de pensar por sí mismo y obrar en consecuencia, más allá de los peligros que conlleve.


jueves, 28 de noviembre de 2013

Lavanda

Pero, ¡¿qué ha salido espontáneamente en este rincón tan cuco de la huerta?!
¡Pero si es una lavanda!... Hola, lavanda, me encanta tu bufanda.

Si te parece bien, te voy a cuidar a partir de ahora
para que cuando llegues a grande, tú me cuides a mí. 

Primero, con esta azada tan pequeñita te voy a mullir el suelo
y de segundo, te voy a acolchar con bien de todo para que no te falte de nada:
tu capa de higos para que las lombrices vengan a peinarte las raíces,
tu capa de hojas de coliflor, repollo y lombarda por la cosa del nitrógeno que tanto te gusta,
tu capa de claveles chinos bien troceados para que te hagan de insecticida,
tu capa de hierba gallinácea para que forme tortitas de humus,
y como capa final, hojas de higuera dispuestas de manera virguera.
¡Me gustaría tanto ser un coleóptero cuando llegue la primavera y zambullirme en tu polen!

Mientras llega el momento, me deleitaré pensando
en las propiedades organolépticas de tus infusiones,
y si estás de acuerdo, y la idea te entusiasma enormemente,
desde la raíz hasta el último pétalo,
haré un jaboncito con tus flores 
para que cuando me bañe con el patito también te bañes conmigo.


Aromático jabón de lavanda
El jabón de lavanda está ya disponible en nuestra sección de jabones. ¡Aprovecha y disfruta del aroma de la primavera en pleno otoño!

jueves, 21 de noviembre de 2013

Civilización

Los indios chirichalupa 
vivieron durante siglos en cabañas de madera
a la orilla del río Chalupachiri.

Puede parecer una vida penosa
exenta de adelantos y comodidades,
pero durante todo ese tiempo
pudieron hacer frente a los problemas del día a día.

A todos, menos a uno:
el contagio de las enfermedades
que el hombre blanco trajo consigo.

viernes, 15 de noviembre de 2013

36 horas en una cuadrilla de incendios

25 de julio

13h y 45m. Estamos de camino al curro. Vamos los siete que componemos la cuadrilla de incendios de este verano, ya sudando de lo lindo en el Land Rover. Estamos callados, tristes y cansados, es decir, hasta los güevos, y solo llevamos doce días desde que empezamos. El capataz para en una fuente a coger agua, sin embargo, aunque todos sabemos de la importancia de aprovisionarnos de agua, nadie hace el menor ademán de acercase a la fuente. Seguimos callados, quietos. Pasamos dos minutos así, entonces el capataz dice: "Vale, si no queréis agua nos vamos". Solo en ese momento, alguien coge las garrafas de agua recubiertas de poliespán para conservar el frescor y baja del Land Rover. Un par de ellos bajan a continuación y encienden un cigarrillo que fuman lo más lentamente posible.

14h y 04 m. Estamos en el monte Calvario. Todos bajamos del todoterreno. Los motoserristas empiezan a ponerse los zahones de trabajo, mientras uno de los amontonadores se sube al techo y empieza a descolgar las motosierras. Todo el mundo se hace el longui hasta que el capataz interviene: "Tú pilla, y tú también". A continuación los motoserristas empiezan a afilar los dientes de la cadena de la motosierra.

14h y 34m. La cuadrilla está desplegada por el monte. Cada uno está en su puesto, motoserrando o amontonando, y de cuando en cuando, echando un vistazo a ver qué coño anda haciendo el capataz.

18h. Hora del bocadillo a la sombra.

18h y 41m. La cuadrilla vuelve de nuevo al monte, despacio. Por momentos, la ladera presenta un desnivel del 60 por ciento.

18h y 50m. Las motosierras arrancan. Empieza el ruido. Los árboles sudan, los cuerpos caen. No sé, el calor lo distorsiona todo. El capataz baja con el todoterreno a buscar agua a la fuente. Toda la cuadrilla lo ha visto y saben lo que hay que hacer: sentarse sin parar la máquina, accionándola como si estuvieran trabajando. Los que fuma, aprovechan para fumar. Los que no fuman es porque mascan tabaco.

19h y 15m. Alguien da el queo: el capataz vuelve. Todo vuelve a empezar.

21h. Llevamos siete horas en el monte Calvario cortando y amontonando pinos. Si apareciera el mismísimo Cristo crucificado, le bajaríamos serrando la cruz a matasarra, ¿qué otra cosa podríamos hacer? De repente,  el capataz hace gestos raros. Un motosierrista baja a toda hostia ladera abajo, y en seguida lo seguimos todos. Cuando llegamos al todoterreno, recogemos las máquinas, nos ponemos el mono ignífugo y salimos pitando hacia un incendio.

21h y 16m. Vamos atentos a la radio. "Charly 14 (somos nosotros) espere al agente forestal en la gasolinera de Valdelasierra". "Recibido". Es nuestro primer incendio, y salir del Calvario se agradece. Cuando pasamos por algún pueblo, ponemos la sirena a todo volumen. La gente se para a mirarnos. Somos el centro de atención; mola.

21h y 56m. Estamos en la gasolinera, pero no hay ningún forestal. Llamamos por radio para dar nuestra posición. Nos mandan esperar. Alguien baja a comprar pilas para las linternas, algún refresco, patatas fritas, cervezas, en fin, un poco de todo.

22h y 16m. Llega el forestal. Nos dice que esperemos a Charly 16 y lo sigamos. A continuación, arranca y se pira.

22h y 36m. Llega Charly 16 y nos ponemos en marcha. Atravesamos un pueblo. Todo el mundo está en la calle. La expectación es enorme. ¡Joder, qué buena está esa! La cuadrilla patalea al unísono. A la salida del pueblo giramos a la derecha por una pista forestal. A los lados se ven voluntarios que van y vienen. Seguimos por la pista, cuando de repente, tras una curva, vemos el fuego en lo alto de la sierra, a tomar por culo.

22h y 56m. Aparcamos en una cuneta. Bajamos todos  del todoterreno. El capataz va a buscar a algún forestal. El resto nos quedamos alrededor del coche, flipando con el fuego. El incendio se ve muy arriba, ¡vaya movida nos espera! Los que fuman, aprovechan, los que no es porque se les ha acabado.

23h y 15m. Llega el capataz con el plan: dos tíos con motosierras y el resto con azadas y batefuegos.

23h y 30m. Empezamos a subir por una vereda rodeada de pinos. Una trampa mortal si el aire cambia. Al cabo de dos horas, empezamos a dejar atrás los pinos y aparecen escobas y matorrales varios.

26 de julio

02h y 05m. Ahí está el fuego, ¡qué cabrón! Un forestal parece llevar la voz cantante.  Quiere dar contrafuego. Entonces, un paisano se encara con él y empiezan las voces: "No tienes ni puta idea, hay que hacer una monda desde aquí hasta el reguero aquel". Nadie de la cuadrilla se mueve. El forestal está al mando, pero lo que dice el paisano parece más sensato. Al final el forestal se pira y nos ponemos con la monda. Raspamos con la azada lo que podemos. El terreno es duro como la piedra, vamos, que prácticamente es piedra, pero las cuadrillas se afanan y la monda acaba haciéndose.

03h y 10m. Estamos a dos metros del fuego, esperándole tras la monda, con los batefuegos preparados por si alguna chispa salta acudir a apagarla.

03h y 55m. Aparece un nuevo forestal seguido de dos cuadrillas. Habla con nuestro capataz un momento y a continuación, sigue sierra arriba hacia otro sector del fuego. En seguida, se corre la voz por la cuadrilla: el nota quería que la cuadrilla le siguiera, pero el capataz le ha comido la oreja para que nos dejara tranquilos. Le ha dicho que nosotros ya llevábamos suficiente tralla por hoy y que nos quedábamos ahí vigilando el fuego.

06h y 06m. Amanece, que no es poco. Creo que he dormido un rato, arropado con la azada. Estamos cansados, sedientos, hambrientos y nadie nos dice si nos van a relevar o que coño va a pasar. Alguien se acerca un rescoldo y enciende un cigarrillo.

07h y 00m. El capataz nos dice que hay una cuadrilla en camino para relevarnos.

10h y 00m. Estamos de vuelta en el Land Rover. Colocamos el equipo y nos vamos para casa. En el camino, alguien, con voz pastosa, echa las cuentas de las horas extras que llevamos.

10h y 50m. Estoy en casa, bajo la ducha. ¿Quién soy? No lo sé. ¿De dónde vengo? Tampoco. ¿A dónde voy? A la cama.

18h y 30m. Suena el teléfono. Es el capataz, tengo que estar listo en media hora. Volvemos al monte a pasar la noche. Nada más colgar preparo el equipo básico: saco de dormir, esterilla, comida, pilas...

19h y 00m. Estamos de nuevo los siete de la cuadrilla en el Land Rover camino de la sierra, donde pasaremos la noche vigilando que no se reproduzca el fuego. Entre bostezo y bostezo, la conversación gira en torno a una sola pregunta: ¿a qué hora empieza hoy nuestra jornada laboral? En un momento de silencio alguien pronuncia la palabra whisky, y también cerveza. La cuadrilla sonríe, por un momento volvemos a ser un equipo.

19h y 50m. Aparcamos el coche, cogemos las azadas y los batefuegos y empezamos a subir.

22h y 00m. Nos asignan un sector de la monda. Afortunadamente, la noche es tranquila, sin viento. Solo se ven ascuas desperdigadas, nada serio.

22h y 45m. Empezamos a cenar. Después, busco una lancha de piedra donde me pueda tumbar, tiro la esterilla y me meto en el saco. Alguien me pasa un porro, ¡qué espectáculo, qué cielo tan maravilloso! A lo lejos, en otro sector, se oyen risas. Otra cuadrilla debe de estar vigilando.

27 de julio

06h y 06m. Amanece, y no es poco.
07h y 00m. Nos relevan, lo que es debuten.
09h y 25h. Estamos en el Land Rover, de vuelta a casa.
10h y 05h. Estoy en casa, bajo la ducha. ¿Quién soy, de dónde vengo? No sé. ¿A dónde voy? A la cama.

jueves, 7 de noviembre de 2013

Flexionando neuronas, digo, reflexionando abdominales

En una plaza céntrica de un pueblo recóndito, se leyó un comunicado contra los transgénicos. Datos, fechas, nombres y perjuicios fueron detallados pacientemente ante el auditorio, que no paraba de exclamar su perplejidad en forma de ¡oh!, ¡ah!, ¡cáspita!, ¡su puta madre!, y cosas por el estilo. La mayoría tuvo la deferencia de apagar sus teléfonos móviles, y la lectura del comunicado pudo hacerse sin ninguna interrupción. Al acabar la lectura, alguien se presentó voluntario para hacer un blog sobre el tema, y a continuación, se formaron los típicos corrillos de lo más animados. 

El acto parecía haber terminado, pero sin saber cómo ni por qué, apareció un extraterrestre con la intención de tomar la palabra. Todo el mundo estaba tan sorprendido que nadie pudo decir nada. Así pues, el extraterrestre empezó a hablar:
- Queridos amigos, después de leer el comunicado, deberíamos tomar alguna decisión. Muchos de los aquí reunidos tenéis fincas y gallinas, a las que, según están las cosas, inevitablemente alimentáis con granos de lo más transgénicos. Bien, deberíamos comprometernos a que, al menos uno de nosotros, cultivara grano, y el resto que tenga gallinas debería comprometerse a comprarle el grano. De esta manera, romperíamos el círculo vicioso de los transgénicos en el que estamos envueltos, que aunque no fuera de manera general, al menos sí lo sería en lo que respecta a nuestra situación particular.
Cuando terminó de hablar, igual que había aparecido desapareció. Volvieron los corrillos, los teléfonos móviles y las pisadas en dirección al bar. Un niño hacía aviones de papel con los folletos en los que se anunciaba el acto. Un bebé ecologista sollozaba al oído de su madre, como diciendo: "Mamá, ese extraterrestre tenía una voz entre Constantino Romero y el Charlot de la mejor época del cine mudo".

jueves, 31 de octubre de 2013

A mayor gloria de Guillermo Gates

Me gusta ser la típica persona que tiene 72.000 millones de dólares, y no lo digo por ese constante señor, sí, señor que sigue al sencillo acto de abrir una puerta y aparecer, sino por el placer que dan esas tardes de martes en las que dudas si darte otra vuelta al mundo, o informatizar desde el paralelo 180 al 188, ambos incluidos, o poner los millones uno encima de otro hasta formar una torre bien alta, desde la que, dejadme que os diga, amigos, se obtiene algo maravilloso, mágico, ventajoso incluso, llamado perspectiva. Entonces, cómodamente instalado ahí arriba, saco el catalejo y empiezo a deambular tranquilamente por el panorama, hasta que de repente aparece claramente una clara señal de chollazo que llama poderosamente mi atención: ¡aquí, invertir aquí, ganancia segura! Casi sin desgana, desciendo de mi torre de marfil y me subo a mi jet privado dispuesto a hacer negocios con todo a mi favor.

-Señor, estamos a punto de aterrizar.
-¿Dónde estamos?
-En España.
-¿España? Bueno, vale, los negocios son así.

-Bienvenido a España, señor Gates.
-Vale, vale, ¿eras tú el que hace un rato hacías señales inequívocas de chollazo seguro aquí?
-Sí, señor, yo mismo.
-Estupendo, bueno, pues cuál es el chollo.
-Aquí está, el 6% de la empresa FCC, por un importe de 112 millones de euros.
-Para, para, para, vamos a ver, ¿no tenía FCC una importante exposición de activos tóxicos relacionados con el ladrillo?
-¡Quia! No hay de qué preocuparse, ya nos hemos deshecho de esa mierda, se lo hemos encasquetado al banco malo. Estamos limpios, y mire, señor Gates, estos son nuestros planes de negocio para el próximo año: autopistas en Qatar, autopistas en Brasil, hoteles en la Riviera Maya, acueductos en Segovia y el alicatado nuevo de los palacios del emir Abdullá Demás Detela Telita.
-Bien, bien, me gusta lo que oigo, sigue, sigue.
-Pues muy fácil, en cuanto comuniquemos que el señor Gates se ha comprado el 6% de FCC, las acciones subirán tanto que antes de acabar el día habrá recuperado la inversión y ganado otro tanto.
-Sí, ya veo la jugada. Oye, pues tenías razón, es un chollazo.
-España es así, señor Gates, un país de oportunidades para oportunistas.
-¿Cómo?
-No, nada, digo que es un país con sol, turistas, gente y cosas así. Vamos, que hay que ser un visionario como usted para encontrar chollos aquí.
-¡Buff! No sé, no sé. Bueno, tengo que irme. Me da la impresión de que en algún lugar del mundo necesitan que regale algunos ordenadores. Aunque no sé para qué, últimamente me llevan a aldeas en las que no tienen ni enchufes en las casas. Así poco puedo ayudar con mis ordenadores. En fin, me voy... por cierto, ¿cuándo vais a anunciar el negocio y cómo vais a endulzar la noticia?
-Probablemente, pasado mañana. Tenemos información de que el ministro de Hacienda va a dar una rueda de prensa en la que anunciará que no hace falta repintar la fachada del ministerio y que el dinero ahorrado se piensa invertir en cosas. Entonces, coincidiendo con esa noticia, nosotros daremos la nuestra. La bolsa enloquecerá en cuestión de segundos. Nos forramos seguro. Está todo pensado, quiero decir que están todos los actores untados. En cuanto al cómo, los principales tertulianos del país están al corriente de que algo va a pasar, y han sido persuadidos por mi propia mano para que presenten la cuestión, no como un chollo para usted, sino como un inmejorable síntoma de que la economía del país va cada vez mejor... ¡joder, que estamos saliendo!... ¿Señor Gates? ¿Señor Gates, está usted ahí?

Surcando el aire va ¿un pájaro?, ¿un avión? No, un pájaro en un avión, concretamente un cuervo en un jet privado.

jueves, 24 de octubre de 2013

Grandes momentos de la historia de España

Supongo que ya os habréis dado cuenta de que todo esto que viene a continuación sucede en algún momento del último cuarto del siglo XV, y en cuanto al personaje que está a punto de tomar la palabra, dejadme que os diga que se llama Bartolomé Sánchez Trujillo, lo más parecido a un economista que se podía encontrar en aquel tiempo.

-Alteza, todo el asunto de la lana de oveja merina se está llevando de manera calamitosa. Es necesario un cambio profundo. No se puede seguir exportando lana al precio de uno e importar telas manufacturadas al precio de diez, es absurdo. Mi humilde consejo es parar la exportación y desarrollar la manufactura del textil en el reino.
-Qué cachondo eres, Bartolomé, bien sabes que la corona recibe cuantiosos beneficios derivados de los impuestos a la exportación de la lana. Sin esos ingresos, la corona quedaría a merced de la ambición de los nobles, lo que me convertiría en un títere en sus manos.
-Entiendo, Alteza, pero el pueblo se resiente y la pobreza se extiende, pues son pocos los que se benefician de la exportación de la lana.
-Me estás diciendo que elija entre la prosperidad de la corona y la prosperidad del pueblo... Estás loco, Bartolomé. ¿Sabes lo que me costó ocupar la ciudad de Burgos cuando alzó pendones en favor de Juana y el portugués? Si ahora pusiera trabas a la exportación de la lana, Burgos, la ciudad más rica del reino y donde se concentra la mayoría de la lana antes de su traslado al puerto de Bilbao, podría costarme un levantamiento que podría ser aprovechado por portugueses y franceses, por no hablar de esa sierpe del marqués de Villena o el guainai del arzobispo Carrillo, para derrocarme. Es decir, un marronazo en toda regla, y total para qué. Las pocas manufacturas textiles que hay en el reino están en Segovia, cuyo nuevo alcalde es de mi total confianza. Así pues, Bartolomé, vete por donde has venido si no quieres pasar una buena temporada remándote el Mediterráneo como galeote.

Nada más salir Bartolomé, se presentó el recaudador mayor del reino.

-Alteza, aquí está la recaudación de la exportación de lana del último semestre.
-Gracias, gracias, me viene al pelo, porque quería encargar unas lombardas nuevas con su correspondiente munición para bombardear a gusto a esa chusma morisca de Granada, a ver si de una maldita vez se rinden y me puedo presentar ante el papa como lo que soy, esa peazo adalid de la cristiandad.


Bartolomé Sánchez Trujillo, instantes después de recibir el título de Bachiller en números.
A pesar de su temprana edad, ya se puede apreciar lo cetrino de su tez y el carácter afable y bondadoso
que le acompañará a lo largo de su vida.
(Foto cedida por el Museo de Cera de Trujillo).

jueves, 17 de octubre de 2013

Va siendo otoño

Me encantan los tomates. Me gustan tanto que me los como cuando están rojos, muy rojos o extremadamente rojos. Incluso, llego al paroxismo de comerlos también cuando han adquirido una tonalidad carmesí del todo. Pero, alabado sea el Señor, han llegado las primeras lluvias, y como suele decirse, se acabó lo que se daba. Ya no hace la temperatura adecuada para que maduren y, como pasa con el bañador o las transparencias, hasta el verano que viene no los volveré a degustar. Así de claro, se acabaron y punto.

Hay que reconocerlo: la naturaleza es más sabia que el más ignorante de los hombres, mujeres y niños que pueblan este planeta azul tirando a plástico, y en cada temporada produce los alimentos que mejor nos sientan. Ir en contra de la naturaleza, esto es, a favor de la sociedad de consumo, es ir contra la salud.

Sin embargo, no hay que preocuparse, pues la huerta siempre nos regala nuevos prodigios a los que entregarse a tope, sin la más mínima reticencia, casi con vicio, si se me permite la expresión.

Damas y caballeros ha llegado el momento de ponerse hasta las trancas de calabaza: calabaza para el desayuno, la comida, la merienda y la cena.

Adiós tomates asquerosos e insípidos, adiós invernaderos que tantos productos químicos abrasivos requieren, adiós al gazpacho en el que tanto me gusta bucear.

Ha llegado el otoño y, queramos o no, a nosotros también. Es hora de ser calabazas andantes que sudan puré aderezado de tomillo, romero, ajo, aceite de oliva en el que se ha dejado macerar albahaca fresca, sal de contrabando y algún que otro ingrediente del que ya hablaré.

Damas y caballeros ha llegado el momento de lucir la flor de otoño que todos llevamos dentro.


Regalos otoñales de la huerta

jueves, 10 de octubre de 2013

Prodigios de la huerta: la caléndula

Antes no plantaba caléndula, entre otras cosas porque no conocía su existencia, pero ahora está por toda la huerta. Nunca la riego, pero todo el año enseña su camisa anaranjada. No le dedico ni un segundo, pero todos los días, cuando bajo al huerto me pregunta por mi piel: ¿Oye, tío, todo bien por la epidermis?, y sí, todo bien.

La caléndula es una planta dura como la hoja de la espada del samurai, pues no necesita cuidados para que todo el año cuide de ti. Solo con una planta, tienes caléndula para toda la vida. Se reproduce sola, sin que tengas que recoger las semillas. Trasplantarla es facilísimo, ya que enseguida prende. Ni la helada, ni el calor pueden con ella, aunque sí es verdad que pierde exuberancia. Pero ahí está, como los amigos de la adolescencia antes de que la vorágine de la vida los separe.
Al principio no sabía qué hacer con ella, de hecho, no la arrancaba por ese punto romántico de tener todos los colores del mundo en la huerta. Poco a poco me fui enterando de que se podían comer los pétalos. Bien, dije, habrá que dejarla pues. Y un día leo que es enfermera-jefa dermatóloga, y claro, exclamo un sonoro ¡no jodas!, y me miro la piel deseando encontrar alguna herida o algo donde poder experimentar sus propiedades.
Uno de los puntazos de la vida en el pueblo es el tiempo libre que se tiene, la posibilidad de investigar cosas que en la ciudad nunca se me habrían ocurrido. Yo hice la carrera de Filología Hispánica y los libros de plantas como que no. Mi rollo era el Poema de Mío Cid, la poesía del 27 y demás clásicos, pero en el pueblo tienes que reinventarte a ti mismo, y en esa reinvención ya no hay lugar para los clásicos. Entonces los sacas de la estantería para venderlos en el mercado de segunda mano que hay en el pueblo de al lado, y su lugar lo ocupan libros de plantas, huertos, montes y potingues varios. Así fue cómo descubrí los tesoros que la caléndula posee, y cómo acabé rellenando la almohada con sus flores y decorando el buzón con sus pétalos, y sobre todo, cómo empecé a hacer jabones y cremas, al principio con cierto escepticismo y luego con verdadera pasión.
Primero empecé a probar las cremas y jabones con los colegas y la familia y, mira por dónde, a todos parecían gustarles. Eso me animó para hacerme un puesto ambulante y ponerme a vender por el pueblo. Un día apareció una pareja con un niño de unos diez meses. Con todo mi morro les ofrecí la crema de caléndula para los cuidados del bebé. La reacción de los padres, como no podía ser de otra manera, fue de rechazo. Un vendedor ambulante en una cuneta no parece de fiar. Para mi sorpresa, al cabo de media hora volvieron y me contaron la película: con el invierno tan húmedo, el niño tiene el culito escocido. "Hemos probado de todo pero el escozor sigue ahí". Los tranquilicé, les dije que la crema sólo llevaba aceite de oliva y caléndula de mi huerta, que si nada había aliviado al niño era simplemente porque la cosmética industrial utiliza refinados del petróleo y cantidades irrisorias de sustancias naturales. "De todas formas -dije-, llevárosla y no me la paguéis, vivo en el pueblo todo el año, este es mi teléfono". Me había olvidado ya de la movida, cuando sonó el teléfono. Alguien me estaba dando las gracias, la crema había funcionada, el escozor había desaparecido, quería más. Nunca he estado en la catedral de París, pero juro por Dios que en ese momento pude oír claramente el sonido del campanamen de la catedral llenando mis oídos. Por fin, algo había sucedido en mi vida de lo que sentirme verdaderamente orgulloso: había contribuido a curar el escozor del culito de un niño.
Podéis consultar las propiedades de la caléndula en cualquier manual. Básicamente son estas: ayuda a combatir eccemas, acnés, picaduras de insectos, úlceras, sabañones, heridas, quemaduras, etc. Y respecto a las pieles atópicas, quiero decir que nuestros jabones de caléndula están funcionando muy bien con niños que sufren esta plaga. Justo a la línea de flotación de la dermatitis atópica disparo con mi jabón de caléndula.
Tanto para los jabones como para las cremas, todo comienza bajando a la huerta. Luego se dejan macerar las flores en un tarro de cristal con aceite de oliva. Pasado un mes, se cuela y en la cocina se prepara la pócima. Es fácil, en realidad es un saber ancestral que durante cientos de años se ha transmitido de padres a hijos, pero claro, hoy la vida moderna no quiere saber nada del pasado, y así nos va.


Teo entre caléndulas
Jaboncito de caléndula

miércoles, 2 de octubre de 2013

Lana, lana, lana

Me gusta tejer. Me encanta imaginar patrones de prendas que nunca salen como las había ideado, pero que abrigan igualmente. Me gusta ver ovillos en un montón, con todos sus colores, y coger las agujas, y sentir el tacto de la lana al pasar entre mis dedos para convertirse en un gorro, unos guantes, un lo que sea. Pero quizás lo que más me gusta es el olor de la lana, ese olor a campo, a invierno, a jersey calentito. Aunque claro, para que huela así, la lana tiene que ser natural, sin mezclas sintéticas, sin procesos que le quiten su identidad y la conviertan en una fibra insulsa, anodina, sin vida.



Y ahí está el problema: que es muy difícil encontrar lana pura en las tiendas. Existen varias páginas web en las que se pueden comprar magníficas lanas vírgenes teñidas con tintes naturales, pero que proceden en su mayoría del Reino Unido. Y aquí, ¿es que no ha quedado nada de la tradición lanera que convirtió a España en uno de los principales proveedores mundiales de lana merina? 
Buscando, buscando, me topé con Laurentino de Cabo, uno de los últimos artesanos de la lana que quedan en Val de San Lorenzo. En este pequeño pueblo leonés llegó a haber 40 artesanos de la lana, de los que hoy solo quedan 4, y para los que no existe relevo generacional. Cuando Laurentino y sus compañeros artesanos abandonen el telar, los conocimientos adquiridos durante décadas y toda la cultura y la tradición generadas a partir de este oficio desaparecerán de Val de San Lorenzo. Quedará el Museo Textil, eso sí, con sus máquinas paradas y sus fardos de lana que nunca llegarán a convertirse en manta, porque un museo no deja de ser una exposición de piezas embalsamadas.
Aprovechando un viaje que estaba haciendo por la zona, me planté en el taller de Laurentino para comprar unas lanas con todo su olor a vida, pero no fue lo único que me traje de la visita. Laurentino es un hombre abierto y afable que contestó a todas mis preguntas de novata y me explicó con detalle el proceso para preparar la urdimbre antes de tejer una tela. También me enseñó la lana en rama, peinada, teñida, hilada... porque en su taller, Laurentino realiza todo el proceso que permite transformar un vellón de lana recién esquilada en un ovillo listo para tejer. 



Es importante conocer todos los pasos necesarios para conseguir un producto terminado, ya sea un ovillo de lana, o una manta, o un bolso, para así valorar el trabajo que implica. Si digo sin más que una manta pequeña de Laurentino cuesta 100 €, se podría pensar que es cara. Pero si se imagina el tiempo que ha tardado la lana en convertirse en esa manta, se llega a la conclusión de que el precio es más que justificado. Además esa manta seguramente nos durará toda la vida y nos servirá para extenderla en el suelo y sentarnos, para arroparnos, para protegernos de la lluvia...  


 

Laurentino me explicó que la lana es una fibra hueca, es decir, que si la mirásemos al microscopio la veríamos como un tubo hueco. Y esa cámara interior de aire es lo que convierte la lana en el mejor aislante térmico. Y si una vez tejida la tela, se abatana, las prendas que se confeccionen con esa tela ¡serán impermeables! Los pastores de Picos de Europa cambiaron durante algunos años las tradicionales mantas de lana por los chubasqueros, pero finalmente se dieron cuenta de que nada protege más de las inclemencias del tiempo y pesa menos que una manta de lana.





De esta productiva visita regresé a casa con un buen puñado de canillas de lana de maravillosos colores con las que a lo largo del invierno podré hacer guantes, gorros, bufandas... y todas esas cosas que me gusta imaginar, aunque luego nunca salgan como las había pensado.   


domingo, 29 de septiembre de 2013

Biopesas

Tenía un despacho a tope de multimedia y Wi-Fi donde me buscaba la vida. Y, quizás por eso, últimamente, andaba un poco atacado por microataques de hiperelectrobilidad quíntuple que me dejaban bastante minerodebilitado.
Pero todo cambió cuando encontré las biopesas, hasta el punto de poder asegurar que soy totalmente otro. Tiré a tomar por culo todos los cacharros de plasma de los que me rodeaba y monté un gimnasio chulísimo con ajos, calabacines y calabazas de cacahuete, y ahora estoy fibroso y tan fuerte que llevo de guantes botas de siete leguas.

Ya digo, biopesas, tal cual, sin colorantes ni conservantes.


Practicando el noble arte de las biopesas
 

jueves, 26 de septiembre de 2013

Soluciones del neolítico

Nuestra sociedad ha abdicado de solucionar a través del compromiso social los problemas que hemos creado . Hoy creemos que la solución a los problemas es inventar la máquina adecuada, sin darnos cuenta de que las máquinas nos hacen vagos, que son parte del problema. Un ejemplo de esto lo encontré en un pueblo al que fuimos a vender nuestros productos. Había unos chicos haciendo útiles del neolítico: hachas, puntas de flechas, etc. Estuvimos hablando de la preponderancia que habían adquirido en nuestra sociedad la tecnología y el saber teórico, hasta el punto de que se habían encontrado, en los talleres que ellos hacían enseñando las técnicas neolíticas, chavales que llevaban zapatillas sujetas con velcro, sin cordones, porque no sabían hacerse los nudos para atarse las zapatillas.

Decía alguien que un cínico es el que sabe el precio de todo, pero desconoce el valor de las cosas. Ésa es la pregunta: ¿conocemos el valor de las cosas?, ¿no nos estaremos volviendo tan inútiles que sólo sabemos el precio? Curiosamente en el neolítico no sabían el precio de nada, pues todo se lo hacían ellos mismos. Vivimos tiempos en los que los almacenes de todo a un euro han acabado con los artesanos y el plástico ha sustituido a las materiales naturales.
Hoy el pasado aparece olvidado tras toneladas de polvo tecnológico. No hay nada que buscar en él, ninguna solución puede salir de lo profundo de la historia. Sólo hay una puerta de salida y en ella un letrero iluminado con luces de neón dice: Progreso. Lástima que hayan borrado otro letrero que había más abajo y que decía: No pasar, altamente contaminante.
Suele decirse que quien no conoce la historia está condenado a repetirla. Hoy la historia se ocupa de lo sucedido durante las últimas 24 horas; historia es el último mensaje recibido un instante después de leerlo. Si el pasado se ha olvidado y el presente se desvanece, ¿qué nos queda?


Nuestros amigos de Arqueodidat

Yo, un poquito más serio de lo normal, con algunas piezas del
calcolítico cedidas por nuestros amigos de Arqueodidat


sábado, 10 de agosto de 2013

Lo partidos han secuestrado la democracia (2ª parte)

Desconozco completamente lo que costaría comprarse la provincia de Ávila, pero estoy seguro de que para hacerse con la mayoría absoluta en las instituciones democráticas de la provincia basta con garantizar 177.000 pensiones, esto es, el 62 por ciento que representan los jubilados del total de la población.

En cuanto a los medios para conseguirlo, demás está decir que son el fin.


Los partidos han secuestrado la democracia (1ª parte)

El presidente está un pelín preocupado porque está bajando en las encuestas. De repente se le ocurre una idea brillante: 399 euros por cada niño o niña que nazca en el reino, sin atender al más mínimo criterio de proporcionalidad en cuanto a la renta individual, es decir, quinieurista, mileurista o millonario.

Lógicamente, tras anunciar la noticia, el sector de los cochecitos y todo lo necesario para el bebé sube los precios de sus artículos, con lo cual los quini y los mil se quedan como estaban, y los millonarios tienen para la mariscada de cada día.


miércoles, 31 de julio de 2013

Guía práctica para desaparecer dentro

Dicen que aunque corten todas las flores, nunca podrán acabar con la primavera. Aunque por supuesto, las abejas no están de acuerdo.
                                                      ...

El poeta decía que podía escribir los versos más tristes esta noche, solo porque ella ya no estaba a su lado. Pero el poeta no nos cuenta por qué demonios ella ya no está a su lado, no vaya a ser que descubramos el motivo.

El poeta debería saber que muchos han vivido sin amor, pero ninguno sin agua. Al menos eso dicen los camellos.

El enigma de la ballena en la fregona

¿Cuántas personas de casi 100 kilos están ahora mismo sentadas en la terraza de un bar clavándose un botellín y masticando patatas a tope de sal y aceite?

¿Cuántas personas fibrosas están en este instante practicando la carrera continua por un parque urbano a tope de ozono malo?

¿Cuántas playas cuya vida marina ha sido aniquilada han conseguido bandera azul este verano?

¿Cuántas impresoras 3D están produciendo tomates insípidos en la actualidad?

¿Cuántos representantes del pueblo tienen hoy cita para comer con representantes de algún lobby?

¿Cuántos niños y niñas que van al colegio en coche habrán aumentado su obesidad al final del día?

¿Cuántos millones se pueden recaudar para acabar con el hambre en el mundo mandando un SMS al 666 y cuántos tienen que morir extrayendo la materia prima necesaria para fabricar el cacharro desde el que se manda el mensaje?

En definitiva, ¿cuántos mundos nuevos son posibles donde los dry-martinis se sirvan de una vez por todas agitados y no removidos?

viernes, 19 de julio de 2013

La depuradora y el río (2ª parte)

Una depuradora es un producto de la técnica que pretende solucionar un problema de contaminación de las aguas. Sin embargo, la contaminación no es la causa de la insalubridad de las aguas, sino la consecuencia de un estilo de vida, y por lo tanto, la depuradora no es solución de nada.

Es más, da la impresión de que con la depuradora se pretende dar validez a los vertidos incontrolados de negocios al servicio de una economía depredadora y de tantos productos de limpieza para el hogar químicamente abrasivos.

Por otro lado, cada infraestructura lleva implícita la mordida del tres por ciento en el presupuesto de su construcción. Además, muy posiblemente, la gestión de la misma acabe siendo privatizada con el consiguiente recargo en el recibo, sin que aumente la calidad del agua.


Otra de las preguntas que surge es: ¿Cómo afecta a la flora intestinal de una persona que desde niño bebe agua clorada?, ¿cuántos problemas de salud tendrá con el paso de los años?

El Ayuntamiento versus los vecinos

El Ayuntamiento quiere construir un centro comercial en el parque de las mil flores.
Los vecinos quieren que el parque siga siendo parque.

El Ayuntamiento acuerda firmar la orden de ejecución de las obras.
Los vecinos se manifiestan y acuerdan retirarse ante las embestidas antidisturbios.

El Ayuntamiento son los nueve concejales necesarios para que una ordenanza municipal salga adelante, ninguno de los cuales vive en el barrio.
Los vecinos son novecientos noventa y nueve y todos viven en el barrio.

¿Quién ganará?

P.D. 1 El Ayuntamiento comunica que las obras del centro comercial Diplodocus van según lo previsto, y que la inauguración está prevista para dentro de seis meses.

P.D. 2 El Ayuntamiento comunica que por causas ajenas a este Ayuntamiento se paralizan las obras de construcción del centro comercial.

P.D. 3 Así van ya tres años.

P.D. 4 No es descabellado pensar que en las próximas elecciones municipales salga reelegido el mismo alcalde.

lunes, 8 de julio de 2013

La depuradora y el río (1ª parte)

Una depuradora viene a ser una instalación que recibe el agua con las inmundicias que el sistema de vida moderno vierte por colectores y tuberías al cauce del río y, a través de un proceso de filtrado, la devuelve apta para el consumo humano.

Una depuradora concreta es esa instalación que ves ahí. Por supuesto, también recibe el agua con inmundicias y bla, bla, bla, y con bien de cloro, lo devuelve apto para aplicarle la tarifa correspondiente. Además, esa depuradora la construyeron hace 20 años, cuando todavía no se iba demasiado a saco con lo de ladrillo que pillo, ladrillo que enladrillo, y en la actualidad, simplemente no puede con todo.


Un río es algo maravilloso, algo que te obliga a dar gracias a la vida, pero ese río en concreto es una cosa asquerosa, algo que se mira pero no se toca, con hongos en cada recodo deseando que te los lleves puestos a casa.



lunes, 17 de junio de 2013

Programa de radio

En este programa, damas y caballeros, no hablamos de política ni de partidos. No queremos saber nada de izquierdas ni de derechas, ni tenemos el más mínimo argumento que enfrentar a los mínimos argumentos del presidente nacional, autonómico, diputacional o mancomunado, por no hablar del concejal de urbanismo.

En este programa hablamos de trapicheos a lo grande, por que nos parece que este tipo de actos tienen más influencia sobre nuestras vidas que cualquier sesión del parlamento.

Damas y caballeros, obras monumentales de todo tipo se han decidido en comidas o cenas en restaurantes discretos y pomposa factura. Todo a hurtadillas, disfrutando a tope de las ventajas de la democracia sin luz ni taquígrafos.

Este programa va de eso, de luz y taquígrafos. Así pues, tengan a mano un buen libro de balances donde apuntar hasta el último centavo, por que el programa empieza ya mismo con el llamado: caso Cualquiera.

miércoles, 12 de junio de 2013

Aspectillos de la democracia en un ambiente rural

El padre era un hombre optimista por naturaleza, todo un emprendedor. O quizás no, quizás solamente, por herencia, era una de las personas más ricas del pueblo y bastaba una palabra suya para que Lázaro, Fulano o el buen Mengano, se levantaran y andaran hacia él.
La hija, por supuesto, estudió en la Universidad Pontificia más cercana.
El tiempo murió y el padre pasó. La pequeña hermandad de hombres optimistas a la que pertenecía el padre se convirtió en partido político, acogiendo en su seno a la hija de tan buen grado que la hicieron debutar como candidata a la alcaldía en las siguientes elecciones.
Así pues, llegado el momento, con la cara lavada y recién planchada, se dispuso a prometer lo que todo el mundo quería oír, y a continuación, con absoluta naturalidad se enfundó la mayoría absoluta que le había tocado dispuesta a coser y cantar durante los siguientes cuatro años de legislatura.
...
El padre era un hombre pesimista por naturaleza, todo un carne de cañón. O quizás no, quizás solamente, por herencia, era de las personas más pobres del pueblo y respondía al nombre de Lázaro, Fulano o Mengano.
La hija estudió mientras pudo, hasta que lo tuvo que dejar para ayudar en casa.
El tiempo murió y el padre pasó, y la vecindad de hombres pesimistas a la que pertenecía el padre se convirtió en masa de gente dirigida sibilinamente hacia el consumo de todo tipo de vanidades, acogiendo en su seno, de tan buen grado, que pronto le salieron varias antenas parabólicas.
...
Un día, cuarenta y ocho horas antes de las elecciones una y otra se cruzaron por la calle.
-Te cambio el voto por seis meses de trabajo en el Ayuntamiento, ya veremos de qué -dijo la candidata a alcaldesa.
-Que sean ocho meses que me faltan para cobrar el paro -contestó la otra.
-De acuerdo, cuenta con ocho meses.
-Vale, cuenta con mi voto.

lunes, 10 de junio de 2013

Mecanizados

Esta mañana, nada más desayunar, he cogido la desbrozadora y me he puesto a limpiar de hierba un terrenito de mi propiedad, sin pensar en absoluto que el ruido o la peste a gasolina pudieran molestar a los vecinos. 
Al fin y al cabo, el peso de la ley me ampara y me evita tener que complicarme la vida con molestas consideraciones éticas.
Luego, cuando acabe, me tomaré una más que merecida cervecita científicamente deslupulada, satisfecho de no haberme dejado vencer por la molicie. 

viernes, 31 de mayo de 2013

En la cúspide

Un alumno brillante,
el mejor de su promoción,
sin alma, solo ambición.
Un tiburón almidonado
siempre hacia delante.
Entregado a su causa,
cuando come negocia
hasta lo que bebe.
La sociedad le sirve
para servirse de ella.
Huye de la empatía
como de una cuenta vacía.
Armado de cheques en blanco
acabará comprándose un banco.
La jugada ideal
que lleva a la cúspide social.
Típico final para quien no tiene principios.


martes, 21 de mayo de 2013

Política

Ese candidato tiene cara de iguana. No parece buena idea presentarle para las próximas elecciones. Aunque claro, si tenemos en cuenta que entre sus colaboradores más cercanos hay un orangután, un rinoceronte y una hiena, no está tan mal. 
...
Añoro los viejos tiempos en los que era barón autonómico. Solo tenía que llamar por teléfono a mi coleguita de la caja de ahorros para liar una buena. Fueron los mejores años de mi vida. Me sentía con ganas de comerme el mundo, siempre atento a las últimas novedades en grúas y excavadoras para que la burbuja de la construcción siguiera engordando.
...
El ministro de Economía tiene una manera muy peculiar de pronunciar la palabra inyectar dinero, como forzando el gesto para que no se le terminen de ver los colmillos de rinotorrinco compulsivo.
...
En el Parlamente Europeo me siento cómodo. El ambiente no es tan chabacano como en un Parlamento Autonómico y vas más a tu bola que en el Parlamento Nacional. Además, a mí nunca me ha importado cobrar dietas.

miércoles, 15 de mayo de 2013

Un buen hombre

Galimatías es un buen hombre,
un trabajador nato
que siempre ha luchado por sacar a su familia adelante.
Ahora en la vejez,
entre ahorros y jubilación ha juntado un buen pellizco.
El otro día recibió en su casa
a un vendedor de enciclopedias,
al que despachó en cinco minutos.
Total, pensó, para qué quiero yo
un compendio del saber universal.
Dos días después recibió a un ejecutivo
de maletín y corbata que decía hablar
en nombre de la caja de ahorros regional,
y antes de que la baba hubiera llegado al suelo,
ya había comprado acciones a un precio excepcional.
Total, pensó, al menos cuando me muera
algo de valor podré dejarle a los hijos y nietos.
Galimatías es un buen hombre
que ha hecho un claro ejercicio de reduccionismo:
tanto tienes tanto vales,
que los tahures profesionales
saben tan bien aprovechar.
Galimatías se llevó un chasco enorme,
cuando el otro día vio en las noticias el chanchullo
que habían montado en la caja de ahorros regional
con el asunto de las acciones.
Quizás, si hubiese comprado la enciclopedia
habría podido leer algo
sobre las distintas modalidades del timo de la estampita,
y con el hijo y el nieto a su vera,
en una tarde tranquila,
hablarles de los tejemanejes de este mundo mundano.