martes, 29 de marzo de 2016

Soluciones (2ª parte): La plataforma

Hace alrededor de 2 años, en la comarca del valle del Siesta, se creó una plataforma civil para pedir la construcción de un hospital en el valle.

Durante un tiempo, se hicieron movilizaciones por toda la comarca y se convocó, con éxito de crítica y de público, una manifestación en la capital autonómica. Después, poco a poco, ante la indiferencia del gobierno y el cansancio de los que formaban la plataforma, el tema cayó inevitablemente en el olvido.

Los políticos autonómicos dieron 2 razones para no construir el hospital:

-Que no había dinero, lo que sabemos que es mentira, puesto que el dinero se gastó a manos llenas en la construcción de infraestructuras (muchas de las cuales siguen hoy fuera de cobertura) para quedarse con una buena tajada del presupuesto y crear empleo fácil, el cual asegura una buena clientela de votantes aunque desemboque en un futuro de precariedad.

-Que habían firmado un convenio de colaboración con la comunidad vecina para que los paisanos del valle fuesen atendidos en su red sanitaria, lo que no es ninguna solución porque la red sanitaria de la comunidad vecina está colapsada y tiene una lista de espera demencial.

Por su parte, la plataforma como vehículo de movilización social es una opción tan usada que los políticos saben perfectamente cómo manejarla. 

La plataforma actúa como portavoz  de una determinada problemática, que pone en conocimiento del público en general con la esperanza de que el  gobierno la resuelva, y su jugada más fuerte es la denuncia de los hechos ante los tribunales. Pero aunque estos le den la razón, la ejecución de la sentencia implica la colaboración de las instituciones denunciadas, que se demoran tanto en cumplirla que acaban desesperando al personal de la plataforma, o incluso da tiempo a que se aprueben nuevas leyes y vuelta a empezar con el asunto.

Para que la plataforma fuese una opción eficaz, debería ir más allá de los problemas específicos y constituirse como entidad soberana para dotar de normas de convivencia a la comunidad en la que se ha creado. Normas con las que todos deberían estar de acuerdo y que todos deberían comprometerse a cumplir.

Debemos inventar otras formas de organizar la vida sin esperar que las instituciones oficiales vengan a rescatarnos del cuello, de lo contrario todo estará perdido.


.......

Afortunadamente, en el valle del Siesta no todo está perdido, porque hay oro. En las casas de los paisanos hay pulseras de oro, imágenes de la Virgen bañadas en oro, anillos de boda de puro oro. Y además de la mina de oro, por el valle circulan una docena larga de coches de lujo y 23 bicicletas de montaña de última generación. Y los paisanos, hartos de los mangoneos de los políticos, han decidido ponerlo todo en común para venderlo y recaudar fondos con los que poner en marcha un maravilloso dispensario de atención primaria y quiromasaje, en el que nunca les recetarán antidepresivos. Un dispensario donde recibirán la atención necesaria, no para curarles, sino para fortalecerles lo suficiente y que ellos mismos puedan coger las riendas de su vida.

Afortunadamente, el valle del Siesta ha despertado a tiempo y ahora es un valle vivo, rebosante de salud y abejas. Un valle donde todos sus habitantes saben al menos el nombre de 13 huesos, 10 músculos, 4 glándulas y 3 tipos distintos de nubes.

martes, 22 de marzo de 2016

SOLUCIONES

Ante la mala calidad de los alimentos que ofrecen las redes comerciales convencionales y el impacto negativo que el modo de producción de los mismos causa en la fertilidad de la tierra, el agua, etc., un grupo de personas decidimos tomar cartas en el asunto y crear un grupo de consumo. Sin embargo, ya desde la primera reunión, surgió un problema con el que no contábamos y que resultó fundamental: los egos y caprichos de los que formábamos el grupo chocaban entre sí. Es decir, algo en nuestro interior incidió de manera radical en el recorrido que tendría el grupo en el futuro.

En teoría, todos estábamos de acuerdo en que la formación del grupo era una buena solución, pero en la práctica el proyecto se desmoronó en apenas unos meses. En realidad, solo estábamos dispuestos a sustituir unos productos por otros, sin cambiar nada de nuestros hábitos de vida.

Da la impresión de que nos habíamos quedado en lo obvio: la mala calidad de los alimentos y el deterioro de la tierra, olvidándonos de que la red comercial convencional nos ha moldeado de tal manera que nos ha vuelto antojadizos con la cantidad de posibilidades que nos ofrece, y ese afán de abundancia lo trasladamos al grupo de consumo inconscientemente. En ningún momento nos preguntamos qué han hecho con nosotros tantos estímulos como hemos recibido de la sociedad de consumo voraz, ni en qué nos hemos convertido. Preguntas a las que resulta fundamental encontrar respuestas antes de poner en marcha cualquier proyecto de cambio, porque no basta con reconocer las causas de los problemas, sino que es importante reconocer que las consecuencias están tan arraigadas en la sociedad como en nosotros mismos, como no podía ser de otra manera, ya que formamos parte de ella.

Éramos un grupo de personas realmente formidables. La mayoría teníamos formación universitaria, don de lenguas y vastos conocimientos en el noble arte de la papiroflexia, y sin embargo, no fuimos capaces de destinar el dinero gastado en bagatelas tecnológicas a la puesta en marcha de un proyecto de vida modesta que nos permitiera tener todo el tiempo del mundo para dedicarlo a crecer como personas y no como individuos.




martes, 15 de marzo de 2016

SOS abejas

1.

Se comenta por ahí
que las abejas están muriendo en masa.

También se comenta que la desaparición de las abejas
sería un auténtico marronazo para la humanidad,
porque son responsables de polinizar
el 88,17% de las viandas
que nos mantienen finos y fibrosos.

Pero, lejos de estar preocupados por el asunto,
o más bien, viéndolo como una oportunidad,
algunos listillos están ocupados en encontrar la manera
de conseguir plantas que se polinicen artificialmente,
sin necesidad de las abejas para nada.

Llegados a este punto de la situación,
si lo que tenía que mantenernos finos y fibrosos
se cultiva en régimen extensivo a tope
de herbicidas, plaguicidas y suicidas,
se recoge en verde, se rocía con varios esprays
para que madure durante el transporte,
entra y sale de las cámaras frigoríficas
de los supermercados hasta que el cuerpo aguante,
y además, se poliniza artificialmente,
tendremos que admitir 
que vamos directos al colapso cardiovascular.

2.

Parece que las investigaciones científicas se afanan en buscar la causa que está matando vorazmente a las abejas tirando de microscopio durante horas. Como si esperasen encontrar algo diminuto que hiciera grandes aspavientos y vociferara en plan: "Sí, soy yo el cabrón que se las está cargando. Venid a por mí si tenéis reaños".

Así nunca descubrirán nada concluyente. Además, a estas alturas de la película todos sabemos que los estudios científicos siempre son favorables al que los patrocina, y ante la duda de tener que elegir entre dos estudios que se contradigan, el juez llegará a la conclusión de que, una vez más, nada en el mundo le impedirá pasar la tarde pescando.

Hay que dejar a un lado el microscopio porque la verdadera causa la tenemos delante de los ojos: un estilo de vida que fomenta todos los vicios y entierra todas las virtudes. Un estilo de vida donde a la avaricia se la llama éxito, y al amor por las cosas bien hechas, anacronismo. De esta manera se propicia  que el hombre sea un lobo no ya para el hombre, sino para la biodiversidad del planeta. Y a partir de aquí, todas las aberraciones son posibles.

Dicen que cualquiera que se deleite pasando las horas muertas mirando el revoloteo de las abejas alrededor de las plantas nunca se acatarrará. Y que aquel que no le vea ningún sentido práctico a tal actividad estará encadenado de por vida al virus de la gripe.

viernes, 11 de marzo de 2016

Un día magnífico para ser marciano

1.

Se comenta por las nuevas esquinas importantes,
esas donde ya se empieza a traficar con el poder,
que el plan maestro es crear un impuesto especial
para que las grandes fortunas
paguen más a la Hacienda pública.

Por las esquinas cotidianas,
esas donde se trapichea con todo tipo de mandangas,
se responde que sería maravilloso que así fuera,
pero que en el supuesto de que tal  cosa llegase a ocurrir
las grandes fortunas maniobrarían
para subirnos los precios de los productos 
o servicios que nos ofrecen a través de sus empresas,
o para montárselo en un país más benevolente
para sus intereses, o putadas por el estilo.

Por las esquinas marginales,
esas donde te cambian las obras completas de Platón
por una cesta de verduras frescas de temporada,
se comenta que hubo un tiempo maravilloso, tal vez mítico,
en el que el dinero solo era un medio para facilitar
el intercambio de mercancías
y que todo se jodió al convertirse
en un fin en sí mismo, el único fin.
Y también se comenta que ningún traficante de poder,
ni nuevo ni viejo, quiere realmente volver 
a aquel tiempo maravilloso, tal vez mítico.

Nunca lo consentirán, ni nosotros tampoco:
por ese camino se llega a la autogestión,
donde hay que dar lo mejor que cada uno
lleva dentro cada instante del día, de la vida.


2.

Ahora que ya no queda nada del esplendor que antaño tuvo el pueblo, la junta de comunidades ha decidido que es un buen momento para presentar el plan director de turismo para la comarca.

3.

Cuando a las cordilleras de dinero que entró en España desde la Unión Europea se les sumó las montañas de dinero obtenido por las privatizaciones de las empresas estatales, la corrupción instalada del tiempo de los caciques alcanzó proporciones gigantescas.

Sin embargo, el dinero tapa muchas bocas, incluso sirve para dar trabajo a maestros, médicos, artistas, científicos... 

Fue un tiempo en el que no hacía falta ni censurar las voces críticas, porque se perdían en el estruendo que producía tanta línea de crédito blandenguiblú.

Pan para hoy y hambre para mañana, decían los pocos que se atrevían a predicar en el desierto.
España va bien, mejor que nunca, decía la jauría que siempre mira hacia delante.

Cuando por fin la realidad se empeñó en explotar tanta burbuja, empezaron las manifestaciones encabezadas por lo mejor de cada casa. Entonces, el malestar social fue reconducido desde la calle hacia las instituciones mediante la creación de nuevos partidos que han entrado en las instituciones con la intención de cambiarlas desde dentro. Aunque todos sabemos, como bien se ha encargado de demostrar la historia, que una vez que estás dentro lo único que cambia es que los cubatas del congreso también son a tres euros para ti.

Pero vamos, no nos vamos a agobiar a estas alturas. Al fin y al cabo, las respuestas siempre son sencillas cuando tenemos una buena espada y estamos frente al nudo gordiano.

-¿Fue el dinero la causa de la anestesia social?
-¿Fue la falta de dinero la causa de la movilización social que empezó el 15-M?
-¿Es Ada Aguirre la nueva Esperanza Colau?
-¿Aceptará el dentista 250 kilos de patatas del huerto que cultivo a cambio de la endodoncia que me tiene que practicar?
-¿Alguna vez una buena madre querrá que su hijo se parezca más a Diógenes el cínico que a Alejandro Magno?
-¿Llueve sobre mojado cuando lleva dos días sin parar de llover, o es necesario que al menos pare una hora y comience de nuevo para decir propiamente que llueve sobre mojado?