lunes, 25 de julio de 2016

Confiamos casi en cualquier cosa

Condenamos la violencia y confiamos plenamente en el sistema legal vigente como marco ideal para resolver los conflictos. Por eso, si esta misma noche un experto en explosiones pusiera cuatro cargas demoledoras en el hotel de la discordia, de manera que media hora después el hotel saltara por los aires desintegrándose completamente, no tendríamos más remedio que condenar tal acción, debido a su alto contenido en violencia explícita.

Confiamos también en los jueces, fiscales y abogados. Confiamos en los procuradores, ujieres y taquígrafos. Confiamos incluso en el moho que se come montones de expedientes en los sótanos del imperio de la ley.

Confiamos plenamente en el sistema legal vigente. Gracias a él, nadie tiene que actuar con nocturnidad para reclamar justicia. Cualquiera puede entrar a plena luz del día en un juzgado, poner una denuncia, poner otra denuncia, una tercera en otro juzgado, hacer una visita al tribunal de Estrasburgo y citar de memoria la Directiva europea DE-1A, donde se dice claramente que ese mamotreto de hotel nunca debió haberse construido en esa playa, aunque lleve doce en ella.

Confiamos, además, sobre todas las cosas, en nuestros semejantes, en nuestro promotores inmobiliarios, que jamás actuarían movidos por el ánimo de lucro; en nuestros trabajadores, que jamás actuarían movidos por la idea de tirar p'alante; en nuestros cargos elegidos democráticamente, que jamás actuarían movidos por la ambición desmedida.

Confiamos casi en cualquier cosa, y si el hotel de la discordia, esta misma noche, salta por los aires desintregrándose completamente, no sería de extrañar que confiásemos en que, al fin, se ha hecho justicia.

lunes, 18 de julio de 2016

Sobra energía por todos lados

María Luisa no quiere entender que la energía necesaria para que su hijo juegue a la Play es generada por una central nuclear, situada a tan solo 89 km de su domicilio.

El ministro de Energía no quiere entender la locura que supone apostar por la energía nuclear, tan solo porque el lobby del sector le ha presentado un informe-cheque a su nombre, donde se declara que todo está controlado.

Ni María Luisa ni el ministro de Energía quieren entender que las centrales nucleares generan residuos radioactivos con los que nadie quiere abonar su huerto.

Incluso hay científicos que no quieren enterarse.

Sin embargo, en el golfo de Somalia entienden totalmente la gravedad del problema desde que han empezado a aparecer extraños bidones en sus playas que nadie reclama. Y los habitantes de la zona se preguntan alarmados, ¿qué hostias habrá dentro de los bidones? Y, ¿qué clase de gente se dedica a dejar estos regalitos aquí?

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Un amigo mío quiso romper el círculo vicioso de la electricidad y se comprometió a no usarla durante el resto de su vida, pero solo aguantó 6 meses. No porque fuera duro, sino porque se quedó solo.

lunes, 11 de julio de 2016

Los árboles desaparecen echando hostias del campo de batalla

En la muy céntrica y salvenciana calle del Carmen había una vez 32 naranjos y 10 rosales que, por iniciativa propia, absorbían con gusto CO2 y, por si fuera poca virguería, devolvía al ambiente O2.

Pero la calle sufrió tal cantidad de sucesivas reformas que no quedaron ni naranjos, ni rosales, ni nada que se le pareciera lo más mínimo, y puesto que los coches seguían circulando por la calle, el CO2 pululaba a sus anchas buscando viandantes en los que incrustarse a tope.

Menos mal que un lumbreras, subvencionado por un consorcio europeo, inventó unas baldosas para las aceras de un nuevo material llamado cemento cacalítico, dotado de high capacity de air pollution absortion, y, aprovechando que el primer lote de superbaldosas era gratis por tratarse de una experiencia piloto, el ayuntamiento de Salvencia solicitó un lote para probarlo en la calle del Carmen, con tan buena suerte que se lo adjudicaron.

El día de la inaguración, al alcalde le faltó tiempo para decir que con esta experiencia piloto la ciudad iniciaba el magnífico camino que empieza en la Investigación, pasa por el Desarrollo y llega hasta la Innovación total, lo mires por donde lo numeromires.


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Ha pasado apenas año y medio de este acontecimiento y en la actualidad el ayuntamiento de Salvencia vive inmerso en una guerra a cara de perro que enfrenta al alcalde, que quiere privatizarlo todo, con la oposición, que quiere remunicipalizarlo todo. Cómo estará la situación que la huelga de recogida de basuras dura ya 21 hediondos días y mañana empiezan las fiestas patronales.

Con este buen rollo, no parece que el ayuntamiento vaya a comprar nuevos lotes de superbaldosas, aunque en realidad a nadie le importa un pimiento el asunto porque todo el mundo está hasta el cuello.

La asociación de vecinos y de comerciantes ya le dijo al alcalde que solo tenía que hacer la calle peatonal y plantar árboles, pero este no hizo caso. Por lo visto, la ciudad merecía más. Aunque la verdad no está claro qué más puede merecer la ciudad de Salvencia, cuando goza de uno de los atardeceres en la playa más espectaculares del mundo.


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Pese a todo, el consorcio europeo ha sacado unas conclusiones fascinantes del experimento piloto, y rápidamente han desechado las superbaldosas para centrarse en árboles de cemento cacalítico que también absorben CO2, como tienen por costumbre hacer, por iniciativa propia, los árboles de verdad.

lunes, 4 de julio de 2016

Aventuras veraniegas de un trabajador a cargo de la biblioteca de un pueblo pequeño

Estos meses de verano ando trabajando en la biblioteca de un pequeño pueblo, y como resulta que no hay presupuesto para realizar actividades, el lugar languidece y las telarañas prosperan. Aun así, yo quería intentar algo para cambiar la situación, y una mañana me decidí a llamar directamente a Javier Pérez Reverte.

-Perdona que te moleste, Pérez Reverte, pero es que trabajo en la biblioteca de un pequeño pueblo y no tengo presupuesto para nada.
-Vaya, qué situación más desagradable. Cuánto lo siento, de verdad.
-Sí, es una pena. Estaba pensado que si tú...
-Por supuesto, cuenta conmigo para lo que sea. Las bibliotecas son armas cargadas de futuro.
-Sabía que podía contar contigo. Mi novia me decía que seguramente estarías muy ocupado.
-No te preocupes por nada, que te tengo en mis pensamientos.
-Entonces, ¿cuento contigo para que este verano te pases un día y hagamos unas actividades con la chavalería del pueblo y los parroquianos que se quieran apuntar?
-Imposible, este verano estoy ocupadísimo. Ahora mismo estoy con la presentación de mi último libro, con la presentación de una tienda online que he abierto con un colegui, y chico, está lo de Twitter, que me tiene enganchaíto. Ademas, piensa que eres el 3.024 que me cuenta esa película en lo que va de año.Vamos, que hasta 2018 imposible de todas, todas.
-No pasa nada, Reverte. De verdad, no te agobies, lo entiendo. Tú aprovecha el tirón que nunca se sabe cuándo vendrán tiempos peores, y oye, gracias por atender mi llamada.
-Ha sido un placer. Esta vida es una locura. No paro.
-Bueno, de todas formas te voy a nombrar escritor de la semana y pondré en el ángulo oscuro de la biblioteca, de su dueño tal vez olvidados, silenciosos y cubiertos de polvos, tus libros.
-Pues cambio y corto, y hasta la vista ciclista.
-Pues me las piro, vampiro.


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Menos mal que una nieta de Gloria Fuertes dijo que sí en cuanto le conté la problemática. Por lo visto su abuela siempre le decía que las bibliotecas eran armas cargadas de futuro, y a ella, aunque andaba un poco liada, le encantaba empuñarlas. De puta madre. Mañana mismo, en cuanto llegue a la biblioteca, voy a nombrar a Gloria Fuertes escritora del mes y a poner sus libros en la barra del bar de enfrente, para que de verdad estén con el público, porque ya se sabe: si el profeta no va a la montaña, tendrá que ser la montaña la que vaya a presentarle sus respetos al profeta.