No es el bicho en sí mismo
lo que juega con nosotros,
es la cara que va impresa en él
lo que hace con nosotros
lo que quiere.
Si llevara impresa
tu cara o la mía,
el bicho no sería ni bicho
ni calcamonía.
No es el bicho en sí mismo
lo que juega con nosotros,
es la cara que va impresa en él
lo que hace con nosotros
lo que quiere.
Si llevara impresa
tu cara o la mía,
el bicho no sería ni bicho
ni calcamonía.
Algunos parece que necesitan viajar al espacio exterior en un cohete espacial privado y sacar la cabeza por la escotilla, embutidos en un traje especial de un millón de dólares, para decir: "Oh, qué bonito. La Tierra es preciosa. Terrícolas, amaos los unos a los otros, porque el planeta es maravilloso".
Luego, cuando bajan de la nube, vuelven a su rutina de magnate y bandera nacional a la entrada de su palacete.
¡Como si hubieran perdido la capacidad de asombro al ver a las cigüeñas construir nidos de 500 kilos, con tal solo ramas, ramitas y algo de hilo!
¡Como si ya no pudiesen reír con la broma que les gasta una ardilla al dejar caer una piña justo a sus pies, cuando caminan por el bosque!
Viajan hacia las estrellas para ver brillar la Tierra, como si desde la Tierra no fuese increíble ver cómo brillan las estrellas.
Mi casera y yo tenemos una relación excelente, que dura ya doce años. Solo te digo que ayer pasé la tarde tranquilamente en su casa limándole las uñas de los pies y, sin pedir nada a cambio, ella me regaló un cartón de leche semidesnatada, dos pimientos rojos que tenía por allí y cuatro o cinco perrunillas tan secas que parecían de la despensa de Tathunkamón.
Pero, ¡mira por dónde!, buscando calidad de vida ha venido de la gran ciudad una persona que le ofrece más bicho por el piso a mi casera, y ahora yo tengo que dejar el piso porque lo dice el bicho a través de la casera.
Claro, si yo hubiese encontrado un piso mejor por menos bicho, a pesar de la buena relación, también me hubiera cambiado de piso.
Es la ley del bicho, creemos que hacemos lo que queremos con él cuando, en realidad, es él el que juega con nosotros.
No sabe qué fruta es de temporada,
pero sabe el horario de la frutería.
Es una persona normal y corriente
que practica el estilo de vida moderno.
No prestaron la debida atención
al efecto mariposa,
y cuando les ofrecieron
un mundo sin moscas,
dijeron que sí.