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sábado, 8 de agosto de 2020

La huerta como escuela de vida

 A un colega y a mí nos han dejado un bancal a cada uno para que hagamos una huerta y, pasado un semestre, podemos decir que la huerta de mi colega tiene quince veces más producción y que la mía tiene quince veces más biodiversidad.

Realmente, comer, comemos de la huerta de mi colega, pero también es cierto que, si él no sufre plagas de ningún tipo y todo le va como la seda, es porque la biodiversidad de mi huerta patrulla la suya limpiando, fijando y dando el esplendor que las plantas se merecen.

Es solo una cuestión de simbiosis, y aquí paz y a su debido momento, cosechar gloria.

...

He preparado metro y medio de tierra negra de la huerta bien mullida para darme unos baños, y la verdad es que desde el primer baño me va de maravilla.

Ahora tengo la piel suavuti, las manchas se han difuminado y los granos se han mudado a otra cara que pasaba al lado.

Solo metro y medio de tierra negra bien mullida, donde cambiar las espinas de la sociedad por las asperezas de la naturaleza.

martes, 4 de agosto de 2020

El sistema es algo así

Estoy en el INEM haciendo las gestiones oportunas para darme de alta como carne de orfeón, cuando en un momento de la conversación le pregunto al amable funcionario que me atiende si, por casualidad, sabe si alguien con mi historial penitenciario tiene derecho a recibir algún tipo de prestación.

-Pues no lo sé, eso lo llevan los compañeros de prestaciones de aquí al lado.

Entonces hago un minigesto con la cabeza hacia la derecha y veo a un hombre de pie, mirando por la ventana como el que va por la calle cantando bajo la lluvia. Debuti, pienso, ideal para pillarlo por banda ahora que no está haciendo nada y que me aclare el tema de la prestación del tirón. Y justo cuando voy a levantarme para abordarle, el amable que me atiende me suelta la bomba sistémica:

-Perdona, tienes que pedir cita previa en este teléfono para que te atiendan.
-¡No jodas! Pero si está ahí sin hacer nada.
-Es lo que hay, campeón.
-Pues entonces, con subcampeón me vale.
-Como quieras, medalla de bronce...

El sistema es algo así, un teléfono al que hay que llamar para que te atienda alguien que está ahí sin hacer nada. Cualquier cosa con tal de impedir que podamos resolver las cosas face to face y que el reparto sea fifty-fifty. 

jueves, 2 de julio de 2020

En un rincón del cuadrilátero está el vicepresidente de la OMS

En un rincón del cuadrilátero está el vicepresidente de la OMS. Mide 168 cm y pesa 75 kg, y si se cuidara como debiera, debería medir 170 cm y pesaría 62 kg.

En el otro rincón está el Covid- 19, en plena forma, ágil y dispuesto a mutar con tal de seguir con vida.

Hagan sus apuestas, amigos. El combate del siglo está a punto de empezar.

(Hay un rumor sobre el resultado que, quizás, te convendría saber antes de hacer tu apuesta. Se dice que uno de los jueces está comprado por un lobby farmacéutico, cuyas oficinas centrales están pared con pared con la central operativa de la OMS. El otro soy yo, que estoy esperando la señal convenida de que el dinero acordado ha sido traspasado a mi cuenta para decantar mi voto por el vicepresidente, y el tercero es un fulano que también ha sido untado para que haga de superdiseminador.)

sábado, 6 de junio de 2020

La última venta ambulante al estilo antiguo

Llevaba tres horas practicando el noble arte de la venta ambulante por lo bajini en un lugar discreto de la sierra sin comerme un colín, cuando, de repente, apareció un runner sin camiseta que bajaba corriendo desde a tomar por culo. Al cabo de unos minutos, tras recuperar el aliento, se metió del tirón en un pilón de agua fría de la sierra, donde la buena gente y el camión de incendios vamos a surtirnos de agua. Luego se sentó tranquilamente en una de las paredes y empezó a darse una espontánea sesioncita de pedicura, axiliasis variada y, en un momento dado, algo que le molestaba en el desnudo frontispicio lo dejó por ahí tirado.

Mientras tanto, yo andaba mirando un lacerta schreiberi bien chulo que estaba tomando el solei, cuando por el rabillo del ojo me pareció ver que el colega del pilón perdía el equilibrio y, milagrosamente, en el último instante lo volvía a encontrar. Entonces pensé que si se hubiera caído me hubiera dado mucha, pero que mucha pereza meterme a ayudarlo. 

Afortunadamente, el minicapitalismo vino en mi ayuda, y cuando finalmente ocurrió la tragedia, yo estaba practicando la única venta del día a una amable señora a la que tenía que gritar, porque, según me dio a entender, andaba un tanto escasa de los huesos propios del oído.

La venta me había puesto contento. La calderilla siempre viene bien. Era hora de recoger y marcharme mientras durase la alegría. Antes de hacerlo me pasé por el pilón a beber un poco de agua. Entonces me acordé de la movida. ¿Qué le habría pasado al deportista? No había nadie, tan solo un pequeño reguero de lágrimas que se perdía en dirección hacia la civilización. Le dije adiós al lagarto, que parecía sonreír mientras se perdía en dirección a la naturaleza.

domingo, 17 de mayo de 2020

Yo tenía una lavadora del año 1980

Yo tenía una lavadora del año 1980 y hace 10 meses definitivamente petó. Y aunque busqué las piezas de recambio en chatarrerías de confianza y patios traseros de octogenarius conocidos del pueblo, no hubo manera de encontrarlas.

Entonces, me vi envuelto en una disyuntiva que me condenaba por un lado  a comprar una nueva de las que hablan, para sacarte datos que vender a terceros, y por el otro a no comprar ninguna, lo que me obligaba a lavar la ropa ayudándome de las manos.

Afortunadamente, mientras estaba cavando la tierra para empezar con la huerta de verano, una mariquita con sus puntos negros y sus alas rojas se me acercó subrepticiamente por la sordi para decirme que no, que las máquinas eran instrumentos tan poderosos que habíamos caído prisioneros de nuestra propia creación. Y que, aunque nos habían vendido la idea de que con ellas la vida iba a ser más fácil, en realidad la estaban complicando cada vez más al imponer un ritmo de vida frenético que, además de estresarnos, se estaba puliendo la biodiversidad del planeta.

En ese momento, lo vi claro: vendí lo que pude de la lavadora al peso y me fabriqué una artesana que va a toda pastilla de jabón sin necesidad de electricidad, que no gasta agua, porque después de lavar la ropa la reutilizo para regar un zarzal de puta madre con una planta muy graciosa en su interior que no quiero que esté a la vistay que me permite hacer con la boquita el efecto centrifugado fiumfiumfuakafium que tanto me gusta.


jueves, 19 de marzo de 2020

Bienvenidos a Constitusion del setenta y tantos

Bienvenidos, damas y caballeros, a nuestro programa concurso Constitusion del setenta y tantos, donde  todo quisqui puede experimentar en su propia carne las maravillas que esconde el texto constitucional.

Esta noche tenemos un póquer de familias dispuestas a concursar, que ya mismo pasamos a presentarles: familia nº 1, los Martínez; familia nº 2, los Sánchez; familia nº 3, los Heredia; familia nº 4, los Bourbons.

Como siempre, empezamos abriendo el sobre que nos trae  Perkins... Gracias. Dice así: La Constitución reconoce al rey como jefe del Estado y le concede una serie de prerrogativas especiales. Bien, parece que el programa de hoy gira en torno a la figura del rey. Adelante Perkins, que gire la ruleta... Martínez, no... Sánchez, tampoco... Heredia, casi, casi... pero no. Damas y caballeros, la ruleta se ha parado en el apellido de la familia nº 4, los Bourbons.

Por favor Bourbons, acérquense por aquí. En cuanto a las demás familias, pueden abandonar sin prisa pero sin pausa el estudio, no sin antes llevarse este cuidado ejemplar del libro: Introducción al latín vulgar.

Comenzamos la segunda fase acompañados de la familia Bourbons. Como saben, esta segunda fase consta de un total de tres pruebas que tendrán que ir superando para seguir concursando. Dicho lo cual, familia Bourbons, ¿estáis preparados?... Sí, pues Perkins, por favor, ¿nos traes el siguiente sobre?... Gracias. Dice así: se concede al rey la posibilidad de dar discursos moralizantes sin por ello dejar de cometer infidelidades conyugales infinitovarias. Para conseguir esta prerrogativa deberéis demostrar la típica campechanía que tanto gusta por aquí. Durante un minuto, sentados en ese palco, simularéis celebrar un gol de la selección española de fútbol con la pasión de un verdadero hincha cualquiera. ¿Está claro? Sí, pues con la ayuda del público empieza la cuenta atrás: tres, dos, uno, ¡adelante!

-Gol, yupiyogui, bien...

58 segundos, 59 y 60. Tiempo, el tiempo ha pasado y llega el momento de que el público emita su veredicto... Por abrumadora mayoría el público ha votado NO. Lo sentimos familia Bourbons, pero la prueba no ha sido superada. Quizás no habéis sido lo suficientemente efusivos en la celebración del gol. Pero la vida es así y el veredicto del público es inapelable... Sí, disculpadme un instante, por lo visto me llaman de dirección. Mientras tanto, les dejamos dos días con la publicidad. Enseguida estamos de vuelta.

Queridos amigos, ya estamos de vuelta. Parece ser que ha habido un error con las papeletas del público y las que indican NO, en realidad quieren decir SÍ. Con lo cual, queda claro que la votación es totalmente favorable a la familia Bourbons, y por lo tanto, siguen concursando. De todas formas y para evitar nuevos malentendidos, vamos a proceder a retirar las tarjetas defectuosas y repartir otras nuevas.

Bien, damas y caballeros, ya estamos en la segunda fase. Vamos con la prueba: se concede al rey el privilegio de llevarse un buen pellizco de los acuerdos comerciales que consiga durante los viajes oficiales al extranjero. Para conseguir esta prerrogativa tendrán que simular que presiden una importante organización para la protección de animales en peligro de extinción, cuando en realidad estarán cazando alguno de ellos. ¿Está claro?... ¿Sí?, pues comienza la prueba en tres, dos, uno, adelante.

-¡Ah, joder, la pelvis!

58 segundos, 59 y 60. ¡Tiempo! El tiempo se ha cumplido y llega el momento de que el público exprese su veredicto. Así pues, querido público, pueden mostrar sus papeletas. Atención, parece que un espectador quiere decir algo. Adelante.

-Quiero decir y digo que nos ha quedado claro la calamitosa actuación del representante de la familia Bourbons, pero como el 99% de nosotros somos jubilados, para irnos a la residencia mejor echamos otro rato aquí. Por lo tanto, puedo emitir y emito, en nombre del público, un voto de gracia para que se dé la prueba por superada.

Pues dicho y hecho. Damas y caballeros, el programa continúa. El sobre de la tercera y última prueba dice así: se concede al rey el privilegio de realizar su regia labor con un trago de más. Para pasar la prueba, el representante de la familia Bourbons deberá acabar con el whisky que contiene esta barrica de roble en cinco minutos y, a continuación, pronunciar el típico discurso con el que se celebra la inauguración del año judicial. Bien, ¿está todo claro? ¿Sí?, pues adelante.

-Glup, glup, ja, ja, claro, claro, ponme otro...

Tiempo. La barrica está vacía. Ahora, si es tan amable de subirse a este estrado para comenzar el discurso...¿preparado? Sí, pues adelante.

-Como cada año por estas fechas, queridos amigos, nos volvemos a encontrar para vernos los caretos de triunfadores. Un día fuisteis los empollones de la clase, siempre estudiando para memorizar un nuevo artículo del libro gordo del Derecho, hasta que caísteis en la cuenta de que no hacía falta estudiar tanto, que lo verdaderamente importante para alcanzar las más altas cotas en la judicatura era ser afiliado sin carnet de algún partido político mayoritario.
Como cada año por estas fechas, queridos amigos, nos volvemos a hacer la misma pregunta: ¿qué cojones es la justicia? Y como siempre, la respuesta sigue siendo la misma: la justicia soy yo y mis circunstancias. Solo el jurista que tiene estas palabras en la mente en el momento de armar el brazo ejecutor es digno de ser llamado juez.... y parte. 
El ejercicio del Derecho es apasionante, todos lo sabemos, aunque, por supuesto, no está exento de peligros. ¡Qué me decís, si no, de los jueces estrella! Esos que quieren juzgar lo ya juzgado, como si no tuviéramos bastante con favorecer a los amigos, perjudicar a los enemigos y dejar la aplicación de la legislación vigente para los indiferentes.
Pero no hablemos de peligros, hoy toca celebrar que cada uno seguimos en nuestro puesto. Olvidemos la cárcel de legajos y papeleo de todo tipo en la que a partir de mañana estaremos presos y alcemos la copa para brindar. Caballeros, ¡por nosotros!

Tiempo. La tercera y última prueba ha concluido y llega el momento de que el público decida el veredicto. Adelante... ¡Bravo!, ¡qué sinceridad!, ¡bebe tan bien como habla!...

Familia Bourbons prueba superada. Perkins, por favor, puedes traer la corona y la Carta Magna con las prerrogativas reales y entregárselas a la familia Bourbons.

Y con esta coronación, damas y caballeros, acaba un programa más de Constitusion del setenta y tantos. Nos vemos la próxima semana. Adiós amigos.

martes, 25 de febrero de 2020

La Tierra es distinta

La verdad es que en Marte se está de puta madre.
Solo tienes que decir vaya antenas chulas que llevas, paisano,
para que te hagan sentir como en casa.

Venus es un lugar maravilloso.
Solo tienes que mostrar un poco de tacto interplanetario
para que te inviten del tirón a los saraos
donde se ponen finos con lo mejor de la Vía Láctea.

Júpiter es demasiado.
Por un cubito de hielo te dejan hacer camping sauvage
donde quieras.

Neptuno también es demasiado.
Por un trozo de chasca al rojo vivo te dejan patinar 
por donde quieras.

Saturno es un planeta increíble,
al menos todo lo saturnianamente increíble
que puede ser un planeta.

Plutón, como su propio nombre indica, mola mogollón.
Y ese es el problema. Como no te controles, ahí te quedas.

Mercurio es un lugar curioso.
Ni sólido, ni líquido ni gaseoso.

La Tierra, en cambio, es distinta.
Hay que entrenar mucho 
antes de venir de visita desde el espacio exterior
para no dar el cante,
para no acabar comiendo liebres de mar
en temporada de sardinas de monte.

sábado, 15 de febrero de 2020

El trapicheo perfecto

Estaba en un cruce de caminos de tierra esperando a un colega para hacer el trapicheo perfecto, cuando apareció una patrulla de la policía rural en plan buenos días, permita un momento de cacheo exhaustivo. Y como no llevaba nada encima, con la misma exhaustividad se tuvieron que marchar.

Diez minutos después del incidente, apareció mi colega sonriente.

-Aquí tienes, 150 semillas de caléndula de las mis caléndulas -le dije a modo de saludo, pasándole un sobre de papel con las semillas.

-¡Hostias! ¡Qué sorpresa! Desde que dejé las inyecciones de morticoides y empecé a embadurnarme de caléndula como si no hubiera un mañana me va de maravilla, y con tus caléndulas todavía más.

-Gracias tío, le pongo mucho amor.

-Se nota por cómo brotan.

-Ya te digo, exuberancia pura.

-Hablando de exuberancia -dijo mi colega frotándose las manos- ¿Has traído eso?

-Claro tío.

Entonces di un silbido característico y al cabo de unos segundos apareció el gato Michi renqueante con una bolsa al lomo un tanto voluminosa.

-Aquí lo tienes, tío.

-Debuti, aquí tienes los talegos.

Cinco minutos después mi colega se fue, y con la satisfacción del deber cumplido y los talegos en el bolsillo, Michi y yo nos encaminamos hacia finca Delirio a seguir cuidando plantas sin odio, sin armas y sin ruido.


jueves, 24 de octubre de 2019

El gato Michi contra el sistema

Esta mañana estaba fumándome un chusti en el gran salón de la casa de un ricachón, que cuido temporalmente en plan guardés, cuando el gato Michi, que no para de enredar por todas partes, ha orinado, como para marcar territorio, en una de las fotos donde sale el dueño genuflexionando por todo lo alto delante del monarca.

Entonces no he tenido más remedio que reírme, y pensar qué sería de nosotros si no fuera por estos ratos, qué sería de nosotros si no fuera por los gatos.

jueves, 8 de agosto de 2019

Trabajo silencioso garantizado

Debuté limpiando fincas a la hoz en un trío 
en el que acompañaba a Taulio a la guadaña 
y a Clasio al calabozo, 
trabajo silencioso garantizado.

Pero como siempre me han gustado más 
las herramientas que se manejan con las dos manos,
en cuanto pude me pasé al calabozo,
y tras practicar las diez mil horas de rigor
me convertí en maestro del instrumento.

Desde entonces se ha corrido la voz
de que manejo el calabozo
como Lin Chung manejaba la espada,
y la gente no para de llamarme para que limpie sus fincas.

Por lo visto soy un espectáculo moviendo la herramienta.
Alucinan viendo como las zarzas más grandes 
se vuelven mantillo con tan solo un par de mis mandobles.

Pero bueno, yo no le doy importancia.
Hago el trabajo, cojo el dinero 
y me voy de allí volando en mi calabozo de siete leguas,
que hace conmigo lo que quiere.



martes, 23 de julio de 2019

Esa euforia colectiva tiene muy mala pinta

Ha llegado a tal punto de euforia colectiva
el tema de poner una casa rural por esta zona
que hasta mi colega Bongo Brother,
que se había juramentado para construir
el mayor botamariafumeiro de la península Ibérica
en unos terrenos que a duras y clandestinas penas se compró,
está pensando en poner una.

Menos mal que en el último momento
le pude convencer de que no, 
de que, ya puestos, pusiera dos.

Hay que pillar cacho antes de que el tema
se vaya completamente de madre, 
para luego poder afirmar con propiedad: 
"Ya decía yo que esto iba a acabar así".

En cualquier caso, en este tema solo se salvan los jabalíes,
que siguen pernoctando en los lugares de costumbre.

jueves, 23 de mayo de 2019

Yo no sé cocinar...


Yo no sé cocinar más allá de la ensalada de puta madre
y el cuenco de arroz, con un poquito de ajo crudo troceado,
su chorrito de aceite de oliva extra virgen y un chispín de pimentón de mi amigo candeledano, el rey del pimentón.

En cuanto me sacas de ahí y me hablas de búfalo
relleno de cordero, relleno de pichones, asado sabiamente
a la lumbre y regado todo ello con una soberbia salsa
tan agridulce como espirituosa, me pierdo.

Pero, vamos, yo me siento fibroso y lleno de entusiasmo,
con ganas siempre de afrontar nuevos retos, como por ejemplo, venderle a ese que viene por ahí
la fruta que no recoge de sus propios árboles.

martes, 14 de mayo de 2019

Inaugurando una nueva fábrica de productos cárnicos por todo lo alto


Esta mañana, el rey Flipe CXIX ha inaugurado una fábrica de productos cárnicos muy moderna que se abastece de las numerosas macrogranjas que funcionan en la región. Después de los actos protocolarios y de visitar las instalaciones, el monarca se ha acercado a una mesa donde estaban dispuestos, a modo de pincholabis, una selección de productos variados, ha cogido uno y mirando a la prensa con gesto relamiente, ha hecho ademán de llevárselo a la boca. Momento que la prensa ha aprovechado para hacer la fotolamiente correspondiente, y una vez cumplido el compromiso, por fin, ha podido devolver el pincholabis industrial tal cual a la mesa.

Y poco más pasó en la mencionada inauguración. Las autoridades dieron por acabado el acto público y pasaron directamente a un salón, donde pasaron directamente al vino para celebrar el pelotazo que acababan de dar. Y si, con la euforia del alcohol no quemaron la puta fábrica, fue porque estaba pactado que en tres años y medio ella sola se prendía fuego.

viernes, 19 de abril de 2019

Esa cartita del INSEM

Recibí una carta del INSEM
en la que me ofrecían un trabajo de mierda,
y como ya estaba en ella, dije que no.

El futuro no parecía muy alentador
cuando bajé a la calle a tirar la carta
al precipicio azul del papel, pero, afortunadamente,
mi octogenario favorito del pueblo
ya estaba trajinando con el alambique,
y en cuanto me vio pasar por su puerta
me hizo la señal de que el chiringuito estaba abierto.

Solo me hicieron falta dos sorbos
para sentirme mejor,
para que nos sintiéramos mejor.

-Eres afortunado, tienes todo lo que yo quiero.
-¡¿Qué?! -respondí con voz estuperasposa.
-Tiempo -contestó él.
-¡Ah!... Y tú también tienes todo lo que yo quiero.
-¿¡Qué!? -respondió con voz rasposafacta.
-Autogestión -dije mirando la cantidad de embutido, queso, aceite, vino... que había a mi alrededor.

Hacíamos un buen equipo y brindamos por ello, 
con la satisfacción de tener todo el tiempo del mundo 
y todo el condumio y la bebida 
que nos diera la gana comer y beber.

Luego el octoge me ayudó amablemente a llegar a casa, 
y se fue a seguir con su tarea,
y yo me acoplé en un sillón a leer tranquilamente
para hacer trabajar al espíritu, que también es un músculo.


domingo, 14 de abril de 2019

Los caníbales, nosotros y el fenómeno del turismo

Los caníbales entendían muy bien 
el fenómeno del turismo:
All tourists are tasteful.

Por su puesto, nosotros,
que somos personas civilizadas,
hemos podido estudiar mejor el fenómeno
y lo entendemos de otro manera:
All tourists are bastards.

martes, 12 de febrero de 2019

Ganzúas ecológicas

Con unas ganzúas ecológicas se puede entrar a robar cualquier cosa que merezca la pena.
Se puede robar en un gallinero, en una quesería o en el almacén donde guardan los borrachitos de Guadalajara del día, y ponerte fino allí mismo.

Las ganzúas ecológicas resultan perfectas para abrir de par en par las puertas de un zoo, aunque hay quien dice que no son para tanto, porque no se puede robar con ellas un banco desde dentro.

Además, después de cada fechoría realizada con éxito se pueden tirar al montón de compost, para que se beneficien las lombrices de tierra y con ello, nos beneficiemos todos.

Ganzúas ecológicas, totalmente recomendables para una nueva generación de ladrones de guante verde, comprometidos con la biodiversidad.

domingo, 30 de diciembre de 2018

Le robé la cartera y le devolví el dinero


Le robé la cartera porque era de cuero
y le devolví el dinero porque era de papel.

Le robé la cartera porque era guapísima
y le devolví el dinero porque tenía la cara del rey.

Le robé la cartera porque era un trabajo
hecho a mano por un artesano
y le devolví el dinero porque era de fábrica.

Le robé la cartera tranquilamente
y le devolví tanto dinero
como para comprarse un avión entero,
y con el dinero que no le devolví,
me compré unas botas de siete leguas, 
también de cuero.

miércoles, 14 de noviembre de 2018

Un día con la persona más rica del mundo

Llego por la noche a su mansión. Llamo a la puerta y me recibe un empleado de hogar interno.
-Buenas noches, soy el invitado.
-Buenas noches, soy Perkins. Le estaba esperando. Si tiene la bondad de acompañarme, le llevaré a sus aposentos.
-Bueno, Perkins -le digo-, puedes tutearme tranquilamente que soy del gremio, por así decirlo.
-Entonces, pui p'alante, que te voy a llevar a la suite de invitados.
-De puta madre, vamos p'allá.

Efectivamente, Perkins me lleva a una habitación más grande que mi piso y muy bien provista de un montón de cosas que ni imaginaba que existían y que no sé para qué sirven. En una mesa hay una cena espléndida, que por lo visto es para mí.

-Aquí está la cena. Come lo que te apetezca, y si quiere más, solo tienes que tocar esa campanilla y tu amigo Perkins te traerá más.
-Bueno, pues tráeme otra ronda de de todo antes de irte, y así no tienes que volver.

Todo está riquísimo y me pongo las botas. Cuando no puedo más, me arrastro hasta la supercama y me echo a dormir entre sábanas de seda con las iniciales de mi anfitrión, que casualmente coinciden con las mías.

A la mañana siguiente, cuando estoy a punto de tocar la campanilla para pedir el desayuno, que se me antoja campanudo, aparece mi anfitrión.

-¿Todo bien? -me pregunta, mientras hace el gesto de Ángela Merkel poniendo las manos en plan corazón.
-Increíble, ¡qué quiere que le diga! -contesto, por no exclamar ¡vaya tela!, la que tienes aquí montada.
-Antes de desayunar suelo hacer una hora de yoga para relajarme. ¿Te apetece acompañarme?
-¡Claro, claro, te sigo con gusto! -exclamo, mientras pienso que la miseria que paga a sus empleados seguro que les produce una relajación bestial.

La hora de yoga me deja nuevo, tengo que reconocerlo. Durante la sesión nos hemos abrazado un par de veces, y la verdad es que he sentido una energía muy positiva que me ha gustado mucho. Después, me lleva a un jardín espectacular. Hay un montón de flores preciosas, aunque por lo visto son de imitación. No de plástico, sino robots inteligentes creados por su empresa para comercializarlos en masa.

-¿Te gusta el jardín? -vuelve a preguntarme.
-Es precioso. Me encantan las flores desde que tengo uso de razón, lo que viene a ser desde hace dos semanas, cuando cumplí los 52.

El anfitrión no mueve un músculo de la cara y me comenta que las flores artificiales están teniendo mucho éxito en los jardines públicos, porque las administraciones se ahorran un montón de dinero en comprar flores nuevas cada temporada y en mantenerlas. ¡Qué hijo de puta!, pienso, pero le digo:
-Qué tío más listo, nunca se me hubiera ocurrido.

Entonces empezamos a desayunar, pero como lo tengo enfrente, tengo que cortarme de engullir a discreción, porque él bebe a sorbitos el zumo de güarananga de Nueva Zelanda y mastica superdespacio el muesli de avena con bayas del Himalaya. Menos mal que aparece Perkins para decirle que tiene una videoconferencia. Cuando se va, Perkins me hace el gesto de que ataque, y claro, ataco con todo lo que da el saco.

Después de desayunar, mi anfitrión no está. Por lo visto tenía una reunión importante, así que me he ido a la piscina a solazarme tranquilamente mientras espero acontecimientos. Alrededor de las cuatro de la tarde, Perkins me avisa de que hay un taxi en la puerta para llevarme a la reunión donde me espera el anfitrión. Por lo visto tiene que tomar una decisión en la que hay millones de dólares en juego, y quiere saber qué opina una persona del mundo real como yo. ¡Vaya tela! ¡Qué pinto yo en una reunión de negocios! Sin embargo, cuando llego a la reunión, me doy cuenta de que solo es una cuestión de elegir entre dos opciones.

-Sinceramente, ¿qué opción eligirías?
Entonces le miro despacio y pienso: este tío es un tiburón con piel de caballito de mar, y las personas así siempre quieren más.

-Sinceramente -empiezo-, la primera opción es éticamente maravillosa, pero deja poco margen de beneficio. La segunda opción es éticamente reprochable, pero el beneficio es bestial para la empresa. Esto nos posicionaría como los líderes del sector, y todavía tendríamos margen para gastar en obra social, lo que nos posicionaría como la empresa que más invierte en gasto social.

Cuando acabo de hablar, mi anfitrión mueve ligeramente algunos músculos de la cara, lo que significaba absoluta satisfacción por su parte. Entonces hace un gesto con la mano y nos quedamos solos él y yo.

-Me gustas. Me gusta tu capacidad analítica para elegir la mejor opción para la empresa sin dejarte llevar por falsos sentimentalismos. Me recuerdas a mi algoritmo favorito, el que nunca falla. Quiero que te quedes cerca de mí, que trabajes para mí, ¿qué te parece?

¡Joder, no sé qué contestar! Estoy en el paro desde hace tres meses porque una de sus empresas hizo competencia desleal a la empresa para la que yo trabajaba, que tuvo que cerrar. Y de repente estoy delante de él porque gané un concurso de una marca de galletas, que también es suya, para pasar 24 horas en una mansión, porque de vez en cuando le gusta codearse con gente real, de esa que las pasa canutas. Y ahora me pide que trabaje para él. No sé qué contestar, la verdad.

-No sé qué decir. La verdad es que me pilla pero que muy de sorpresa.
-Pues dime lo que quieres cobrar. Eso sí me lo puedes decir.

Qué puedo responder sino un millón de dólares libres de impuestos. Podría renunciar, pero, ¿para qué? El dinero no va a cambiarme por dentro. De hecho, voy a ser yo quien lo utilice para cambiar el sistema desde dentro.

-Estupendo. Te invito a cenar -dice.
-Vale -contesto-, pero esta vez elijo yo el menú: tortilla española, jamón ibérico y, de entrante, una sopita castellana.

Cuando miro a Fred, así me ha dicho que puedo llamarle a partir de ahora, no mueve un músculo de la cara. Mala señal. Pero como me estoy adaptando rápidamente, me rehago con un nuevo menú.

-Quiero decir hojas de pindina de Filipinas, y para picar algo un paté vegetal de calambuco de Pernambuco.

Entonces sí, entonces se le mueven mínimante los músculos y nos vamos a masticar despaciosamente a un restaurante de lujo de ambiente minimalista.

viernes, 7 de septiembre de 2018

Trabajo de biblioteca de verano (2ª parte)

Yo estaba en la biblioteca de verano intentando actuar como si el suministro internético se hubiera interrumpido de forma inesperada, de manera que según iban entrando los usuarios les decía: "Lo siento, no puedo hacer nada, seguro que están trabajando para solucionarlo a lo largo de la mañana. No se preocupe, continúe con su vida como si nada y reciba, no faltaría más, un cordial saludo de su bibliotecario de referencia".

El plan estaba funcionando hasta que llegaron Candela, Paula y Montse en plan: "Jo, es que queríamos mirar algunas ideas en Internet para decorar una tarjeta de felicitación". Y claro, se hizo el Internet del tirón..., y también el interlahostia, porque a los cinco minutos llegaron Rayo y su amigo el rubio, los más revoltosos de la camada de 9 años, con ansias de jugar a la guerra online sin hacer prisioneros. Y enseguida estaban gritándose y matándose, montando un pandemonio de gritos y amenazas de lo más desagradable que llegó a su punto culmen cuando le tiré al rubio, con éxito, una edición abreviada de las obras completas de Platón. Entonces, pensé que mis días como biblioteguay habían acabado, pero Rayo empezó a reírse de la situación y el rubio aprovechó para tirarle una vida de santa Teresa de Jesús bellamente encuardernada, también con éxito. Candela, Paula y Montse empezaron a reírse mientras movían la cabeza, como diciendo vaya elementos. En un momento, todos estábamos riendo. Rayo y el rubio vinieron a chocar esos cinco conmigo y, casi sin parar de reír, me dijeron: "Jo, qué bien lo pasamos en la biblioteca". Y a continuación se fueron a seguir haciendo de las suyas. Yo suspiré aliviado y me dejé caer en la silla de control de la sala. Miré el reloj de la pared buscando un amigo. Todavía faltaba media hora para salir.

Afortunadamente, me quedaba algo de crema de whisky en casa. Mañana sería otro día. Otro día cuidando de los libros, porque mola que los libros cuiden de ti. 

lunes, 25 de septiembre de 2017

La vida real, es decir, la vida desde un punto de vista demasiado económico


Como ando necesitado de ayuda monetaria, reúno a un grupo de amigos para pedirles prestados 1.370 euros a cada uno, a devolver cuando se pueda, para empezar un negocio con el que espero ganarme honradamente la vida. Pero con muy buenas razones me van diciendo que no, porque todos tienen marrones que atender sin falta.

Entonces voy al banco a pedir un crédito y como no tengo avales, también me dicen que no.

Desesperado, acudo al ayuntamiento a solicitar el permiso para abrir el chiringuito de verano de la piscina, y me dicen que el chiringuito sale a subasta y se adjudica al mejor postor.

Totalmente desesperado me dirijo a un famoso puente que cuelga sobre el abismo con una idea fija en la mente y, gracias a Dios, cuando todo parecía perdido aparece el Diablo dispuesto a compartir conmigo los tres pilares de la sabiduría: mentir, robar y estafar.

Desde entonces todo me va de maravilla, y ahora son los amigos los que vienen a pedirme las monedas, el banco me ha acogido en el consejo de administración y el ayuntamiento no se corta a la hora de llamarme hijo verdaderamente predispuesto.