lunes, 25 de septiembre de 2017

La vida real, es decir, la vida desde un punto de vista demasiado económico


Como ando necesitado de ayuda monetaria, reúno a un grupo de amigos para pedirles prestados 1.370 euros a cada uno, a devolver cuando se pueda, para empezar un negocio con el que espero ganarme honradamente la vida. Pero con muy buenas razones me van diciendo que no, porque todos tienen marrones que atender sin falta.

Entonces voy al banco a pedir un crédito y como no tengo avales, también me dicen que no.

Desesperado, acudo al ayuntamiento a solicitar el permiso para abrir el chiringuito de verano de la piscina, y me dicen que el chiringuito sale a subasta y se adjudica al mejor postor.

Totalmente desesperado me dirijo a un famoso puente que cuelga sobre el abismo con una idea fija en la mente y, gracias a Dios, cuando todo parecía perdido aparece el Diablo dispuesto a compartir conmigo los tres pilares de la sabiduría: mentir, robar y estafar.

Desde entonces todo me va de maravilla, y ahora son los amigos los que vienen a pedirme las monedas, el banco me ha acogido en el consejo de administración y el ayuntamiento no se corta a la hora de llamarme hijo verdaderamente predispuesto.

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