Pero todo cambió cuando encontré las biopesas, hasta el punto de poder asegurar que soy totalmente otro. Tiré a tomar por culo todos los cacharros de plasma de los que me rodeaba y monté un gimnasio chulísimo con ajos, calabacines y calabazas de cacahuete, y ahora estoy fibroso y tan fuerte que llevo de guantes botas de siete leguas.
Ya digo, biopesas, tal cual, sin colorantes ni conservantes.
Practicando el noble arte de las biopesas |
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