domingo, 29 de septiembre de 2013

Biopesas

Tenía un despacho a tope de multimedia y Wi-Fi donde me buscaba la vida. Y, quizás por eso, últimamente, andaba un poco atacado por microataques de hiperelectrobilidad quíntuple que me dejaban bastante minerodebilitado.
Pero todo cambió cuando encontré las biopesas, hasta el punto de poder asegurar que soy totalmente otro. Tiré a tomar por culo todos los cacharros de plasma de los que me rodeaba y monté un gimnasio chulísimo con ajos, calabacines y calabazas de cacahuete, y ahora estoy fibroso y tan fuerte que llevo de guantes botas de siete leguas.

Ya digo, biopesas, tal cual, sin colorantes ni conservantes.


Practicando el noble arte de las biopesas
 

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