viernes, 30 de enero de 2015

Jabón de sal

Muchas veces en la vida sucede que sumando una casualidad a otra casualidad da como resultado un estupendo jabón de sal. Al menos eso me ocurrió hace algunas semanas. Estaba tranquilamente limpiando a dos manos las telarañas de un cuarto oscuro que debe de estar situado en la parte trasera del cerebro humano, cuando oigo el típico estropicio que forma un armario al caer. Efectivamente, en la habitación de al lado un armario acababa de caerse, con tan mala suerte que uno de los cacharros que hizo trizas contenía la sal. Bueno, cosas peores se han visto. No pasaba nada.

Dos días después, estaba de nuevo en el Mercado de la Tierra que montamos con unos amigos, cuando apareció nuestra amiga Ángela. Después de los besos, abrazos e intercambios de vestuario de rigor, me contó que su hermana estaba de médicos por un asunto muy delicado y me preguntó que si tenía jabón de sal, precisamente en un momento en el que ni siquiera tenía sal para la vida diaria. ¡Vaya tela!

Así pues, las estrellas se habían confabulado para que me pusiera a trabajar en ese jabón de sal. Nada más llegar a casa, y después de tomarme un té, caminar por las nubes y peinarme mirándome directamente la palma de la mano libre, me puse a fabricar el jabón, que con mucho gusto os presento.

INGREDIENTES: aceite de oliva virgen extra, agua, hidróxido sódico y sal marina.

PROPIEDADES: gran contenido en minerales, como manganeso, zinc, calcio, potasio y yodo, que son muy beneficiosos para los músculos, reafirmar la piel y mejorar la circulación de la sangre. Además, al igual que los baños de mar, ayuda a mejorar problemas de la piel como la psoriasis.

CONSISTENCIA: duro y ligeramente áspero al tacto en seco. Al contacto con el agua, la sal se va disolviendo y el jabón resulta suave y agradable.

INDICADO PARA PIELES: normales o grasas.

NO INDICADO PARA PIELES: maduras o delicadas.

RECORDATORIO: este jabón es exfoliante, es decir, limpia las células muertas que van quedando en la epidermis e impiden una correcta transpiración. Muchas veces pensamos que necesitamos aplicarnos algún producto para que nuestra piel mejore, cuando en realidad lo único que nos hace falta es una buena limpieza.


Jabón de sal

Y para terminar me gustaría recordar que la sal ha sido un producto muy valorado a lo largo de la historia, como se aprecia en este fragmento del libro Ébano, de Ryszard Kapuscinski.

    En esta parte de África, entre los hombres del Sáhara y las sedentarias tribus del Sahel y de la sabana, existió durante siglos un intercambio de mercancías que se conoce por el nombre de comercio mudo. Los hombres del Sáhara proporcionaban sal y a cambio recibían oro. Esa sal (un producto buscado y precioso, sobre todo en el trópico) la traían sobre la cabeza los esclavos negros de los tuaregs y de los árabes, desde el interior del Sáhara seguramente hasta las orillas del río Níger, donde se llevaba a cabo toda la transacción. "Cuando los negros alcanzan las aguas del río", relata Alvise da Ca'da Mosto, un mercader veneciano del siglo XV, "cada uno de ellos hace un montículo con la sal que ha traído y lo marca, tras lo cual se alejan todos de la ordenada fila de esos montículos, retrocediendo a una distancia de medio día en la misma dirección de donde han venido. Entonces llegan unos hombres de otra tribu negra, hombres que nunca enseñan nada a nadie y con nadie hablan: llegan a bordo de grandes barcas, seguramente de alguna isla, desembarcan en la orilla y, al ver la sal, colocan junto a cada montículo una cantidad de oro, tras lo cual se marchan, dejando la sal y el oro. Una vez se han ido, regresan los que han traído la sal y si consideran suficiente la cantidad de oro, se lo llevan dejando la sal; si no, dejan sin tocar la sal y el oro y vuelven a marcharse. Entonces los otros vienen de nuevo y se llevan la sal de aquellos montículos junto a los cuales no hay oro; junto a otros, si lo consideran justo, dejan más oro o no se llevan la sal. Comercian precisamente de esa manera sin verse las caras y sin hablar unos con otros. Tal cosa dura ya desde hace mucho tiempo, y aunque todo el asunto parece inverosímil, os aseguro que es verdad."

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