Recuerdo que el charcutero me dijo, nada más entrar en la tienda, que mirando por el interés de sus hijos, los había matriculado en un colegio privado.
Sin embargo, no logro recordar la respuesta que le di. Quizás le dijese que el alumno diligente aprende solo, o algo parecido.
Lo que sí recuerdo es que no pareció gustarle, porque se quedó callado, como señalándome con el cuchillo de la verdad dónde estaba la salida de incendios.
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