Primero hablamos de cómo condiciona la vida que los caciques tengan la propiedad de la tierra y luego, si quieres, hablamos de cómo es en realidad la vida en la tierra.
El sentido de la vida está más que claro: cumplir el ciclo de la vida, es decir, polvo somos y en polvo nos convertiremos.
Lo que no está nada claro es el sentido de una sociedad que se levanta por las mañanas para contar, medir y pesar las mercancías de usar y tirar que produce, y vuelta a empezar al día siguiente con más, siempre más, de lo mismo.
P.D. Convertirse en polvo puede parecer poca cosa comparada con la inmortalidad, pero no es así, porque ese polvo es la materia que produce el milagro de la vida. No es una quimera como la inmortalidad, es la realidad. Cada instante, miremos donde miremos, lo podemos ver.
(De un octogenario caído en el suelo, crece una planta de geranio que sube hasta el cielo).
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