martes, 7 de noviembre de 2017

El pensamiento único dispara el consumo de dispensadores de oxígeno


Un periodista con años en la profesión escribe un artículo que viene a decir: "pobrecitos los pueblecitos que tienen problemas de conexión y no pueden acceder a las tremendas posibilidades que ofrece Internet".

Nada más acabar el artículo le invade una extraña sensación y, para tranquilizarse, vuelve a comprobar que las ventanas del piso están bien cerradas, porque la ciudad está sufriendo un episodio meteorológico de sequía prolongada y viento en calma que favorece la concentración de nanopartículas dañinas para la salud. A continuación, se asegura de que el dispensador de oxígeno tenga la batería cargada y, cuando comprueba que todo está en orden, logra sosegarse por fin. Entonces, con un solo clic, envía satisfecho por e-mail el artículo al periódico.

Cinco minutos después se queda dormido en el tresillo, soñando que respira a pleno pulmón el típico aire puro que tantas posibilidades ofrece a los habitantes de los pueblecitos.

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