lunes, 22 de mayo de 2017

Dos placas tectónicas decidieron dirimir sus diferencias por la vía rápida


¡Catapunkcroc!
Hace tres millones de años, que si tú, que si yo, dos placas tectónicas decidieron dirimir sus diferencias por la vía rápida. Como consecuencia, surgió una imponente sierra con picos de 2.224 metros de altitud, lagunas glaciares y una florafauna endémica tan bonita como frágil.

Hasta la década de los años 60, las únicas personas que se adentraban en las profundidades de la sierra eran pastores y para de contar. Pero a partir de ese momento, empezaron a circular por la sierra los primeros excursionistas, cargados de un profundo amor a la naturaleza.

Estos primeros caminaron por una sierra todavía virgen, acamparon a su aire, hicieron fuego y permanecieron, según cuentas las crónicas, toda la noche de aquella manera, mirando las estrellas cerca de la bota de vino. Cuando se iban, recogían todo para no dejar huella de su paso, lo que resultaba fácil porque apenas se generaban residuos.

En 1970 se construyó un modesto refugio de montaña en uno de los puntos emblemáticos de la sierra: la laguna de la Luna. Durante los siguientes años, la presencia del refugio apenas alteró el entorno ni la posibilidad de que los excursionistas pudieran acampar y hacer fuego en el paraíso. ¡Qué bonita la laguna todavía! ¡Quién pudiera!
En fin...

¡Plashtóntron!
Hacia el año 1992, el impacto de un tremendo pelotazo sacudió el país por las cuatro esquinas de su perímetro. ¡Qué caras más sonrientes en los telediarios! ¡Qué de medallas! ¡Qué de facturas infladas desde el cantautor hasta el marmolista amigo del concejal! Incluso al refugio de montaña llegaron las consecuencias, y el número de camas se multiplicó por 1,92 cada cinco años, sin descuidar el servicio de desayunocomida meriendacena para poder descuidar mejor la gestión de residuos como si no hubiera un mañana.

Juan es casto.
Juan es puro.
Juan tiene un trabajo de agente medioambiental y como no le gusta lo que está pasando con la gestión de los residuos de la laguna de la Luna, lo pone en conocimiento de sus jefes para que lo denuncien.

Luis también es casto.
Luis también es puro, solo que le va la política.
Luis es el jefe de Juan, el amo de la Consejería de Medio Ambiente, y no tiene la más mínima intención de cursar la denuncia, porque el desarrollo del turismo en la zona es prioritario para el gobierno de la comunidad. El conflicto entre los dos está servido.

Esta mañana Luis le ha dicho a Juan que pasara un momento a su despacho. "Oye tío", le dice cuando ya está dentro, "retira la denuncia o te mando al otro punto de la comunidad autónoma, a un pueblo donde solo vivas tú". Entonces, Juan recuerda que se va a casar dentro de tres meses, calla, otorga y acepta el ascenso que finalmente, en tono conciliador, le ofrece Luis para dentro de dos años. "De todas formas", dice para terminar, "quédate tranquilo que, en cuanto llegue la próxima subvención, arreglamos ese asunto".

Mariano es un humano amantísimo de la naturaleza. Todo un escalador bien pertrechado de parafernalia de sujeción desde los 15 años todos los fines de semana. La persona perfecta para hacerse cargo del refugio. De hecho, lo hace tan bien que la laguna de la Luna empieza a desarrollar la típica flora acuática invasora que indica claramente que el agua está eutrofizada. Es decir, la laguna de la Luna entra en fase menguante.

¿Qué va a pasar?

Seguramente lo que ya está pasando en alguna parte: se construirá una pasarela tremenda que atraviese la sierra y de la que ningún amante de la naturaleza podrá salirse, se pondrán cuatro vías ferratas como únicos lugares posibles donde practicar algo de escalada hasta las siete de la tarde, y se aprovechará la primera subvención que llueva para remodelar el refugio en plan altostanding de pega, limitando el número de plazas y aumentando el precio de todo en general. Se instalarán tanques perimetralmente sellados que puedan ser sustituidos cuando estén a tope de residuos de manera helitransportada y, en cuanto a Mariano, le darán boleto y pondrán a alguien con un perfil más gourmet, que maneje Facebook, incluso.

Por otro lado, para sustituir las experiencias reales que solo se pueden tener en contacto con la naturaleza, hologramas temáticos nos esperarán en el interior de naves de polígonos industriales para brindarnos aventuras tan fascinantes como acercarte a la serpiente sin que te moleste la manzana, o ser un náufrago en una isla desierta a punto de tirar al mar un mensaje dentro de una botella:

"En realidad, no todo está perdido, solo está olvidado
en el ángulo oscuro, silencioso y cubierto de polvo.

No todo está perdido, solo está sepultado entre ortigas,
donde habita el olvido.

No todo. Aún queda el viejo olmo hendido por el rayo
en su mitad podrido, que con las lluvias de abril y el sol de mayo
algunas hojas verdes le han salido".




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