martes, 30 de abril de 2013

Veinte mil mallis de viaje intergalácticus

Buenos días dramas y cabestreros, bienvenidos al viaje intergalácticus que estamos a punto de comenzar. Permítanme presentarme, soy Juan Sintón Nisón, y si tienen la amabilidad de prestarme atención, les iré comentando los momentos especialmente panorámicos del mismo. 
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Dramas y cabestreros, en estos momentos nos encontramos extravolando el espacio cuasigravitatorio de Mercúpiter. Si gestionan sus antenas treinta y tres grados hacia la izquierda, podrán ver el inconfundible azul zulado de los anillos que lo circundan. Declarado Patrimonio Galácticus hace nueve soglis, todavía conserva ese aspecto inhóspito que le da el uranio empobrecido que desprenden de la cima de sus montañas vientos de hasta cuatrocientas mallis por haro.
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Dramas y cabestreros, extravolamos en estos momentos el espacio cuasigravitatorio de Uranímedes. Si gestionan sus antenas tres grados hacia la izquierda, podrán ver el inconfundible amarillo marillado que desprende el cobáltico en contacto con el wolfrágeno, los dos elementos que le dan ese aspecto tan químicamente puro a la superficie.
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Dramas y cabestreros, en estos mismísimos nos encontramos extravolando el espacio gravitatorio de Earth. Si gestionan sus antenas cero coma tres grados hacia la izquierda, verán una inconfundible cordillera montañosa bastante himalayosa, con cimas perpetuas de nieves cubiertas. Un grado más a la izquierda pueden observar claramente lo que podría parecer la silueta de un elefante feliz, a la que llama Bután. Como curiosidad, les comento que en Bután consideran a esas montañas sagradas por el simple hecho de regar los campos de cultivo con el agua que baja de ellas, así como llevar ese mismo agua al gaznate cuando la ocasión lo requiere. De esta manera, las expediciones por sus cumbres están prohibidas y aunque la horda de montañeros podría dejar sustanciales beneficios a la economía butanera, también saben que esos beneficios traerían acumulación de basura, con la consiguiente contaminación del agua. Obligados a elegir entre dinero de mierda y agua pura y cristalina, los butaneros han elegido la opción del agua pura y cristalina.
Dramas y cabresteros, hagan el favor de girar diez grados más hacia la izquierda. Efectivamente, tal y como están pensando, eso que ven es la silueta de una piel de toro, a la que llama Babilosña. Como  curiosidad, déjenme comentarles que los babilosños, los notas, adoran los espejos, lo mismo cóncavos que convexos. Esta devoción llega hasta tal punto que muchos de ellos están dispuestos a hipotecarse durante décadas para conseguir algunos de ellos. Luego se pasan las tardes mirándose sin comprender por qué la imagen que les viene reflejada siempre es deforme. Esto les genera una gran intranquilidad que llega a resecarles bastante la boca, tanto que están dispuestos a pagar por cualquier tipo de cloro al agua que llevarse al gaznate. 
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Dramas y cabestreros, estamos en las inmediaciones de un agujero negro grolado. Relájense y disfruten del efecto absorción hasta el año dos mil vete a saber. De todas formas, si durante este tiempo alguno de ustedes siente que se desintegra, procure hacerlo dentro del traje espacial. Pero sobre todo, pase lo que pase, nunca lo vean como una crisis, véanlo como una oportunidad enorme para mineralizarse, vitaminarse y ortocultarse a tope. Al fin y al cabo, como todos ustedes saben, la vida no dura toda la vida y algún día se tendrá que acabar.

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