viernes, 7 de noviembre de 2025

Solo tienes que venir a mi espectáculo los domingos

 Algunos van de cara con sus semejantes y les dicen, tal cual, lo que hay: si te dejas llevar por la ira, nunca tendrás paz interior.

Otros, en cambio, prefieren contar películas: si te dejas llevar por la ira, nunca entrarás en el reino de los cielos.

El problema viene cuando preguntamos cómo se hace para no dejarse llevar por la ira.

Algunos, que siguen yendo de cara, contestan tú mismo, tienes toda la vida por delante para descubrirlo.

Otros, que han aprendido a vivir de contar películas, contestan desde un escenario, no te preocupes, solo tienes que venir a mi espectáculo los domingos y dejar algo en el cepillo.

Algunos van de cara con sus semejantes, tal como han aprendido de los perros, y otros se ponen una máscara

domingo, 2 de noviembre de 2025

Listo y motivado para recoger castañas. Temporada 2025

Este año hemos pasado del colega y sus castañas autóctonas y hemos formado cuadrilla con otro paisano que tiene un castañar bien surtido de castañas híbridas, del tipo 9040. Esos castaños dan unos castañas grandes como monederos. Llenas la cesta tan solo con tres golpes de riñón. Además, la cooperativa las denomina serie oro y las pagan mejor.

El dueño está contento con nosotros. Dice que le salimos más baratos que una succionadora de castañas, y nosotros también estamos contentos con él, porque nos paga un tanto más que el autóctono.

Cuando acabamos el día, el dueño nos dice que cojamos una cesta para nosotros, pero le contestamos que no, que, en verdad, no saben a nada.

Para castañas buenas, las autóctonas del colega. Cualquier día tendremos que pasarnos a verle y recordar viejos tiempos. Y de paso, le cogemos una cesta para él y otra para nosotros, hasta llenar un saco para él y otro para nosotros. Están buenísimas, un manjar a tope de vitaminas y minerales que facilitan enormemente el tránsito del alimento del intestino al hueso...

-¡Qué bien te vemos! -le diremos.

-¡Cabrones, dónde estabais escondidos! -responderá él.

-Pensábamos que te habías comprado la succionadora.

-Claro, dos...

Pero, bueno, en el campo todas las manos son bienvenidas, y por muy cabreado que esté con nosotros, está solo, rodeado de 13.000 kg de castañas, y no le queda otra que decir que sí, que vale, cabrones, podéis empezar por allí.

martes, 28 de octubre de 2025

La fuente de La Piña


Hay un grupo de personas que se reúnen espontáneamente a coger agua en la fuente de La Piña. Entre bromas y veras van llenando las garrafas y, con el transcurrir de los días, surge de extranjis un pequeño mercadillo improvisado en el maletero de los coches y en las bolsas que traen de la mano los que vienen de paisano.

Una se llama Nicolasa y otro, Blas. Uno viene con un perro y el perro viene sin collar. Una riega dos manzanos y otro, tres higueras de corral.

A veces ganas 18 euros y otras, por la misma cantidad, compras lo que en otro lado te hubiese costado más de cuarto y mitad.

En la fuente de La Piña todo el mundo es bienvenido a trapichear con entusiasmo, mientras no lo haga con su turno en la fila, moleste el movimiento palante de la misma o entretenga al compadre que está surtiéndose del agua bendita.

La fuente de La Piña se ha convertido en el lugar perfecto para practicar la buena convivencia, porque nadie se hace de oro a base de pequeños tejemanejes y porque todos nos vamos contentos con el oro que llevamos en las garrafas.


miércoles, 10 de septiembre de 2025

La última aventura de Don Objetivo

 

Objetivamente, es decir, según el termómetro, la temperatura es de tantos grados graduados. Sin embargo, no hay manera de ser objetivo en las conversaciones atmosféricas cotidianas. Todo el mundo se empeña en dejar su apostilla bien recalcada.

-¡Qué frío!, dice uno que pesa medio kilo de menos.

-¡Qué va, se está fenomenal!, dice otro que pesa un quintal de más.

-Objetividad, caballeros. Por favor, seamos objetivos, dice Don Objetivo, que estaba al quite de la conversación.

-Está bien, ¡qué putos tantos grados hace!, dice medio kilo de menos.

-¡Qué agradables esos mismos tantos grados!, dice quintal de más.

-¡Por favor! ¡Un poco de objetividad objetiva!, replica Don Obje.

-Vale, tantos grados hace en estos momentos, tío.

-Efectivamente, ni uno más, ni uno menos, moreno.

-Muy bien, así, así, dijo satisfecho Don Ob.

-Jefe, puedo seguir ya con mi vida, me estoy helando.

-Pues yo me voy al río, tengo hasta calor.

Al cabo de un rato, Don Objetivo se había quedado solipleis, y no le quedó más remedio que tirar para casa meneando la cabeza de mala gana, con tan mala suerte, que en una calle próxima a su domicilio, le cayó encima desde un quinto un piano de cola, dejándole totalmente hecho pisto en plena calle, o, para ser objetivo, como homenaje a toda una vida dedicada a la objetividad, con las constantes vitales a cero en plena vía pública.




sábado, 23 de agosto de 2025

Los pies y los pulmones pusieron a la mente en su sitio

 

Porque los árboles tienen un tronco carnoso y de las manos les salen hojas y nosotros tenemos un tronco leñoso y de las ramas nos salen dedos, la mente se permite el lujo de afirmar que somos seres diferentes.

Un día, los pulmones, que se llenan con el oxígeno que desprenden, y los pies, que caminan tranquilos porque las raíces afianzan la tierra que pisan, cogieron a la mente y la dejaron en el desierto sin sombrero de paja ni pellejo de cabra, para que tuviera tiempo de elaborar, a cielo abierto, mejor su teoría.

Tan solo media hora después, la pócima había hecho su efecto, y la mente empezó a tener claro que hablar de diferencias era una tontería puesto que, en realidad, estamos unidos a los árboles por un cordón umbilical al que estamos obligados a cuidar como a nuestra propia vida.

Entonces y solo entonces, los pulmons y los pieses trajeron de vuelta a la mente y la volvieron a poner sobre los hombros. Luego pusieron una hamaca entre dos árboles y todos juntos en paz y armonía pasaron la tarde balanceándose al abrigo de papá y mamá.