miércoles, 10 de septiembre de 2025

La última aventura de Don Objetivo

 

Objetivamente, es decir, según el termómetro, la temperatura es de tantos grados graduados. Sin embargo, no hay manera de ser objetivo en las conversaciones atmosféricas cotidianas. Todo el mundo se empeña en dejar su apostilla bien recalcada.

-¡Qué frío!, dice uno que pesa medio kilo de menos.

-¡Qué va, se está fenomenal!, dice otro que pesa un quintal de más.

-Objetividad, caballeros. Por favor, seamos objetivos, dice Don Objetivo, que estaba al quite de la conversación.

-Está bien, ¡qué putos tantos grados hace!, dice medio kilo de menos.

-¡Qué agradables esos mismos tantos grados!, dice quintal de más.

-¡Por favor! ¡Un poco de objetividad objetiva!, replica Don Obje.

-Vale, tantos grados hace en estos momentos, tío.

-Efectivamente, ni uno más, ni uno menos, moreno.

-Muy bien, así, así, dijo satisfecho Don Ob.

-Jefe, puedo seguir ya con mi vida, me estoy helando.

-Pues yo me voy al río, tengo hasta calor.

Al cabo de un rato, Don Objetivo se había quedado solipleis, y no le quedó más remedio que tirar para casa meneando la cabeza de mala gana, con tan mala suerte, que en una calle próxima a su domicilio, le cayó encima desde un quinto un piano de cola, dejándole totalmente hecho pisto en plena calle, o, para ser objetivo, como homenaje a toda una vida dedicada a la objetividad, con las constantes vitales a cero en plena vía pública.