miércoles, 10 de septiembre de 2025

La última aventura de Don Objetivo

 

Objetivamente, es decir, según el termómetro, la temperatura es de tantos grados graduados. Sin embargo, no hay manera de ser objetivo en las conversaciones atmosféricas cotidianas. Todo el mundo se empeña en dejar su apostilla bien recalcada.

-¡Qué frío!, dice uno que pesa medio kilo de menos.

-¡Qué va, se está fenomenal!, dice otro que pesa un quintal de más.

-Objetividad, caballeros. Por favor, seamos objetivos, dice Don Objetivo, que estaba al quite de la conversación.

-Está bien, ¡qué putos tantos grados hace!, dice medio kilo de menos.

-¡Qué agradables esos mismos tantos grados!, dice quintal de más.

-¡Por favor! ¡Un poco de objetividad objetiva!, replica Don Obje.

-Vale, tantos grados hace en estos momentos, tío.

-Efectivamente, ni uno más, ni uno menos, moreno.

-Muy bien, así, así, dijo satisfecho Don Ob.

-Jefe, puedo seguir ya con mi vida, me estoy helando.

-Pues yo me voy al río, tengo hasta calor.

Al cabo de un rato, Don Objetivo se había quedado solipleis, y no le quedó más remedio que tirar para casa meneando la cabeza de mala gana, con tan mala suerte, que en una calle próxima a su domicilio, le cayó encima desde un quinto un piano de cola, dejándole totalmente hecho pisto en plena calle, o, para ser objetivo, como homenaje a toda una vida dedicada a la objetividad, con las constantes vitales a cero en plena vía pública.




sábado, 23 de agosto de 2025

Los pies y los pulmones pusieron a la mente en su sitio

 

Porque los árboles tienen un tronco carnoso y de las manos les salen hojas y nosotros tenemos un tronco leñoso y de las ramas nos salen dedos, la mente se permite el lujo de afirmar que somos seres diferentes.

Un día, los pulmones, que se llenan con el oxígeno que desprenden, y los pies, que caminan tranquilos porque las raíces afianzan la tierra que pisan, cogieron a la mente y la dejaron en el desierto sin sombrero de paja ni pellejo de cabra, para que tuviera tiempo de elaborar, a cielo abierto, mejor su teoría.

Tan solo media hora después, la pócima había hecho su efecto, y la mente empezó a tener claro que hablar de diferencias era una tontería puesto que, en realidad, estamos unidos a los árboles por un cordón umbilical al que estamos obligados a cuidar como a nuestra propia vida.

Entonces y solo entonces, los pulmons y los pieses trajeron de vuelta a la mente y la volvieron a poner sobre los hombros. Luego pusieron una hamaca entre dos árboles y todos juntos en paz y armonía pasaron la tarde balanceándose al abrigo de papá y mamá.

lunes, 18 de agosto de 2025

El cuento del tercer lechero

 

El primer lechero llegó al pueblo cargado de cántaras de leche llenas de aire, hasta que le agarraron entre unos cuantos y ladera abajo, dentro de una cápsula de aire, bajó rodando hasta el río.

El segundo lechero vino más modosito. Las cántaras de leche que traía estaban llenas de leche. Sin embargo, la situación seguía teniendo mucho danger.

-Pssh, lechero.

-Sí, caballero, ¿qué desea?

-Oye, mira, no me podrías vender a mí la leche que le vendes al vecino. Aunque sea me cobras un poco más.

-No, señor, yo no hago esas cosas. Además, ¿no le parece mejor hablarlo con el vecino y llegar a un acuerdo?

Y entre ese y el vecino, igualmente, el lechero acabó rodando hacia el río.

El tercer lechero se lo pensó mucho antes de aparecer por el pueblo. Sabía que no podía vender cántaras de aire, y también sabía que no podía pedirles a los vecinos que se entendieran entre ellos, porque desconocía la verdadera naturaleza de sus relaciones.

Ahí estaba dándole vueltas al asunto, cuando recordó que lo mejor siempre era hablarle a la gente desde el corazón. Así pues, cargó las cántaras de leche en el carro y se dirigió al pueblo. Nada más llegar, reunió a todos los vecinos y les dijo:

- A ver, cabrones, las cosas claras. Yo hago lo que me dicen las cabras y vosotros hacéis lo que os diga yo. Así todos tenemos leche. Entonces, vamos a ir haciendo una fila tranquilita para que yo pueda echar a cada brazo, su cazo, al módico precio de 0,95 centavos. Y el que quiera ir a maquila, también me vale, ando canino de magdalenas, mermeladas y buñuelos varios.

Una hora después, el pueblo despedía al lechero con una gran sonrisa, y este devolvía el saludo con la satisfacción en la cara del deber cumplido. 

Y aquí acaba el cuento y empieza la vida real. 

A 10 kilómetros del pueblo, al llegar al puente de la aduana, la sonrisa se le borró de golpe. La tarifa había subido a tres pavos, y por mucho que el lechero intentó pagarlos en horas de trabajo para el mantenimiento de la infraestructura, tenía que soltar la pasta o dormir tres días en el calabozo, y tres pavos soltó.

Todavía le quedaba un buen rato para llegar a casa. Por el camino, el lechero pensaba que podía atender a las cabras sin atosigarlas, y también que podía aguantar la tentación de hacerse con una clientela selecta que le comprara toda la leche del tirón para ahorrarse tiempo y molestias, pero cuando llegaba el puente, sí o sí, se le llevaba la corriente.

-¡No se puede con todo! Exclamó el lechero.

Entonces, recordó que entre las cántaras debía haber una bota de vino para las ocasiones y... Cuando llegó a casa, se cayó del carro lo mejor que pudo y, sin más sobresaltos, se fue trastabillando con todo lo que no le salía al paso, hasta llegar a la cama.

-¡Vaya tela! -exclamaron las cabras. Pues nada, ya que nos la ponen votando...

Las cabras se subieron al carro, se pusieron un babero para no mancharse las chubarbas y de las torrijitas al orujo no dejaron ni una.

A la mañana siguiente, cuando el lechero vio el percal no se puso nervioso. Sabía que había que aceptarlo porque con las cabras no se podía razonar. Así pues, se llenó de paciencia, cogió la manguera y las enchufó el tiro de agua para que se desperezan por la vía rápida. Cuando todas estuvieron algo más rehechas, las reunió y les dijo:

-A ver, cabronas, de la leche pallá, lo que queráis. Pero de la leche paestelao, es asunto mío. Y la que quiera cositas ricas, que se venga a lidiar con los del puente y los del pueblo. ¡¿Estamos?!

Y las cabras empezaron a hacer su vida de cabra y el cabrero abrió un cajón secreto que tenía en el carro, cerrado con una cadena, donde tenía escondidas las torrijas de leche, canela, y tiramisú y se metió en la casa a comérselas tranquilamente, mientras se tomaba un café bien cargado antes del volver al lío.





jueves, 7 de agosto de 2025

Echando una mano en la catedral que está haciendo el colega

 

Ya no se puede pasar la tarde ayudando con las manos en el mantenimiento de la antigua techumbre de la catedral de Notre Dame. Por lo visto una empresa verdaderamente profesional en el campo de las demoliciones se ha hecho cargo de la tarea, con excelentes resultados, como se ha podido comprobar.

Tampoco se puede pasar la mañana ayudando de buena fe en la construcción del nuevo techo que dure otros mil años, porque otra empresa verdaderamente importante en el campo del alto carbono se ha hecho cargo de la tarea, con la ventaja de que el nuevo techo no necesitará mantenimiento, y en caso de deterioro, se puede quitar perfectamente, tirarlo al Sena para que se lo coman los nadadores olímpicos y colocar otro nuevo en cero coma, debido a que pesa tan poco que casi se pone con las manos.

Sin embargo, todavía se puede echar una mano a ese colega que está levantando solo una catedral con lo que va encontrando. Allí sí, allí puedes pasar las tardes enteras, los mediodías y las mañanas. Y no pasa nada si te atas al andamio para echar una cabezadita, porque así te levantas en el sitio. Y si cae una chispa, nada se quema, porque la mitad de la estructura está hecha con extintores y trozos de cascos de bomberos. Y si no tienes ni idea de construcción, tampoco pasa nada, porque lo único que te preguntan, como no podía ser de otra manera, es si vienes de buena fe.

domingo, 3 de agosto de 2025

Cuando la sinceridad y el postureo se mezclan sin problemas surge...

 

Entro en una calle y me encuentro de frente con un colega un tanto renqueante. Sin darme cuenta, me entran ganas de soltarle por la boca un acto de sinceridad del tipo tío, te veo pachucho. Pero el colega se me adelanta y me dice, como otros muchos últimamente, tío, te veo mejor que nunca, de complexión y de color de cara, incluso.

Entonces oigo una voz en mi interior que me dice Bruto, echa p'atrás. Olvídate de la sinceridad, que te la están poniendo a güevo y arrieritos somos...

Efectivamente, reculo, me recompongo y me dirijo a él con ganas de darle la mejor versión de mi mismo.

-Gracias, tío. Tú estás inconmensurable. Altius, citius, fortius, como se suele decir.

-¡Qué cabrón! Si me has visto que ando un poco renqueante.

Eso me pasa por no ser sincero. Sin embargo, no todo está perdido. Quizás pueda meter más la pata, y vuelvo a por la segunda taza.

-Pero con mucho estilo. Como el que siempre has tenido en realidad.

Menos mal que el colega estaba harto de sinceridad, de que la gente le preguntara por el problema en la pierna y quería relajarse un rato.

-Tío, si no fuera por estos ratos donde el postureo y la sinceridad se mezclan sin problemas, ¡qué sería de la civilización!

-Ya te digo, sinceridad y postureo mezclados. Alquimia pura para la buena vida...

Estuvimos en ese plan unos diez minutos de risas, bautizos y abrazos. Luego, él se fue a la piscifactoría a darse un baño, porque dice que hay menos gente, y yo me fui a la peluquería canina a que me arreglasen las chubarbas como al perro de san Bernardo, porque me viene muy bien para llevar la petaca.

jueves, 31 de julio de 2025

El alma quiere para ella toda la cama

 

Por las mañanas lo doy todo por ver a Dios en todas partes, y por la noche, el alma solo quiere la cama. 

En el ínterin, es posible que llame Diego a quien me había dicho que se llamaba Alfredo, y que llame Don Hinodoro a alguien que es claramente un nota.

También puede pasar que un par de chavales salven sus vidas gracias a mi intervención espontánea, cuando las criaturas cruzaban imprudentemente la vía pública, queriendo alcanzar un balón más juguetón que ellos.

Puede pasar también que un turista despistado con verdaderas ansias de tomarse un café, churros y cachiporras a las cuatro de la tarde, reciba de mi parte una muestra de sinceridad local al contestarle ni puta idea, si quieres que te diga la verdad.

Por las mañanas me esfuerzo  por ver a Dios en todas partes, pero no sé qué ostias pasa por el camino, que cuando llega la noche, el alma expulsa al cuerpo al paraíso porque quiere para ella toda la cama.


domingo, 27 de julio de 2025

Unos cuantos village people queríamos divertirnos en la depuradora del pueblo

 

Unos cuantos village people queríamos divertirnos cometiendo un acto vandálico. Así pues, nos fuimos hacia la depuradora con ganas de averiarla por siete sitios diferentes, de manera que vertiera directamente al río.

Desgraciadamente, no pudimos hacerlo. El ayuntamiento se nos había adelantado y la depuradora ya vertía por diecisiete.

Menos mal que en la cuadrilla venía uno disfrazado de fontanero y con algo de teflón que llevaba en el bolsillo, no digo que lo arreglara, pero hizo el apaño.

Fuimos a la depuradora creyéndonos unos bandidos, pero cuando vimos el percal, hicimos lo que pudimos.

domingo, 20 de julio de 2025

Listo y motivado para recoger castañas

 

Un colega quiere comprarse una succionadora de castañas, pero el precio del aparato se le anda atragantando a la altura del músculo más cercano al monedero.

Nosotros, la cuadrilla que recoge las castañas en su castañar, le decimos que no la compre, que ya nos tiene a nosotros.

Entonces, el colega se lo piensa y, al cabo de un momento, dice que vale, pero que le tenemos que asegurar que, cuando llegue el momento de la siguiente recogida, vendremos motivados y en forma a recoger como campeones, porque, a lo mejor, ya tenéis otros trabajos y me dejáis tirado.

Ahora la bola del compromiso se nos hace a nosotros, pero, rápidamente, le decimos que no se preocupe, que seguro que encuentra gente.

                                                   ...


No sería extraño que la tarde antes de comprarse la succio, el colega sufriera un pequeño accidente laboral que le trastocase los planes y al final no pudiera comprársela, y que los componentes de la cuadrilla que habían encontrado trabajo, los echaran la tarde antes de empezar al recogida con el cuento de ser gente que no se integra, y que cuando el colega les llame, digan que sí, que están motivados y en dos días se ponen en forma. Tengo las rodilleras y los guantes de goma del año pasado guardados como oro en paño, de verdad te lo digo...


                                                     ...


Ya solo falta que la climtaología  acompañe, que la globalización sufra un accidente que la deje paralizada durante la cosecha, para que el precio no se hunda, y a ganar algo de dinero para el día a día y algo de artrosis para el día de mañana.

miércoles, 25 de junio de 2025

Era un excelente charcutero

 

Recuerdo que el charcutero me dijo, nada más entrar en la tienda, que mirando por el interés de sus hijos, los había matriculado en un colegio privado.

Sin embargo, no logro recordar la respuesta que le di. Quizás le dijese que el alumno diligente aprende solo, o algo parecido. 

Lo que sí recuerdo es que no pareció gustarle, porque se quedó callado, como señalándome con el cuchillo de la verdad dónde estaba la salida de incendios.

jueves, 19 de junio de 2025

Una situación de lo más rockambolesca a las puertas de la catedral de Notre Dame

 

En la puerta de la catedral de Notre Dame se estaba produciendo una situación de lo más rocambolesca.

-Lo siento, caballero, pero sin entrada no puede acceder a la catedral, decía un conserje,

-¡Pero, cómo! ¡Que soy el mismo Dios, joder! 

-Pues que sepa que una catedralota cristiana como esta es muy cara de mantener. Aquí todo es luxury, lo mejor de lo mejor.

-Pero si yo nací en un pesebre, sin lujos.

-Ya te digo, por eso la Iglesia casi desaparece. Perdedores, ls llamaba la gente a tus más fervientes seguidores tan solo ciento y pico años después desde tu ascensión a los cielos. Los Popes tuvieron que arrimarse a la realeza para sobrevivir. En cuanto vieron qué bien les sentaba la púrpura, cuánto les distinguía del rebaño, tuvieron claro que ese era el camino a seguir. Sí, es cierto que naciste en un pesebre, pero aquí se te venera como el Señor de los cielos y eso, amigo, ya te digo yo que sale carísimo.

-Entonces, ¿no puedo entrar?

-Claro que puedes entrar, pero con entrada. Son solo cinco pavos.

En ese momento, se arremolinaron ciento y pico orientales con la entrada bien visible en la frente, y el conserje no tuvo más remedio que cortar por lo sano.

-Mira, hazme caso, tira piu palante en aquella dirección y en dos meses y medio caminando a buen paso llegarás a la provincia de Guadalajara. Seguro que allí encuentra una ermita visigoda donde no te van a poner pegas al entrar.

-Vale, tío, dijo Dios a modo de despedida, y se le quedó mirando como diciendo, imagínate este nota cuando le llegue el momento y lo encuentre llamando a las puertas del cielo con cinco pavos en la mano... Menos mal que no soy vengativo, con abrirle la puerta que da directamente al minotauro será suficiente. Y si lo consigue, pues que entre, y si no lo consigue, por lo menos se calmará un poco el bicho, porque últimamente está en plan guerrero total y no hay manera de acercase a él.


domingo, 15 de junio de 2025

El día que conocí a Derzú Uzalá

Llevaba algunos años viviendo en La Taiga. Por mi cabaña pasaban comerciantes y curiosos interesados en mi línea de cosmética natural. En las conversaciones, muchos mencionaban con entusiasmo el nombre de Derzú Uzalá. Todos parecían habérselo encontrado cuando andaban perdidos, cuando La Taiga parecía que se los iba a comer. Una tarde estaba tranquilamente frente a la lumbre, cuando llamaron a la puerta.

-Buenas tardes, ando un poco perjudicado de esta rodilla. Me han dicho que aquí...

-¡Ostias, tú debes ser Derzú Uzalá! He oído hablar mucho de ti. Incluso tengo un retrato tuyo a carboncillo, mira.

-¡Joder, es verdad, parezco yo!

-Pero no te quedes en la puerta, pasa, siéntate aquí y vete remangando que te vas a lavar la zona afectada ahora mismo... Ahí lo llevas Derzú. Ahora te pongo la pomada de la verdad y la vida del tirón... Ahí, ahí... Vale. Deja que haga su magia. Apoya en este tronco la pierna.

-Gracias, de verdad. Desde que me tropecé, sentía que La Taiga me iba carcomiendo por dentro y por fuera.

-Que no, Derzú, que solo es una torcedura cojonuda. En dos días vas a sentir una gran mejoría y volverás a moverte por La Taiga como siempre.

-Me encantaría. La verdad es que me hubiera gustado traer algo para compartir, pero no he podido conseguir nada. 

-¿¡Ah, sí!? Pues no te preocupes. Ayer mismo pasó una caravana de comerciantes por aquí y pude cambiarles mis productos por de todo: chocolate, café, tabaco, licor de hierbas... Hay para elegir, Derzú. Nos vamos a poner moraos, ya verás.

Lo pasamos estupendamente puliéndonos el cargamento. Derzú estuvo contando anécdotas divertidísimas y yo me veía totalmente en el papel de su segundo de aventuras por La Taiga. Fueron dos días apoteósicos, hasta que Derzú se recuperó del todo y se fue. Lo vi alejarse desde mi cabaña. Iba con la mano abierta saludando al agua, saludando al viento, saludando a la gente al entrar en La Taiga.


miércoles, 23 de abril de 2025

Ese espantapájaros atrae mucho a los pájaros

 

Ese espantapájaros atrae mucho a los pájaros. Hace muy bien el distraído y los animalillos se acercan con tranquilidad a posarse en el sombrero, los hombros y las chubarbas. Se nota que le tienen por un colega más, y algún cachondo le trae una exquisita oruga en el pico y se la pone en la boca. Entonces el espantaatraepájaros tose y los pájaros se alejan riéndose, disfrutando de la jugada.

Luego vuelve la tranquilidad y el silencio. Una lagartija aprovecha el momento y sube por las piernas directamente hacia el oído. Algo de cerumen llama la atención de su lengüecilla que no para de chupar tan dulce golosina, hasta que no me queda más remedio que decirle quita de áhi lingüista, que me estás haciendo cosquillas.

El atraepájaros empieza a andar cuando va cayendo la tarde. Deja caer algo de alpiste y los pájaros le siguen  hasta una curva del camino. Entonces, ellos se retiran a sus casas y yo me vuelvo a mi nidal, donde algún colega se ha tirado el rollo y me ha dejado cuarto y mitad para que me haga una buena tortilla.

sábado, 5 de abril de 2025

Caminar sobre las aguas de un lago

 

Mucha gente dice que soy la ostia

por que camino sobre las aguas de un lago,

y yo les digo que no flipen tanto,

que si lo hago

es por que me deja el propio lago.


Otra cosa muy distinta 

es lo que destilo en mi alambique, 

eso sí es de cosecha propia,

eso sí que es la ostia.

miércoles, 26 de marzo de 2025

También el más fuerte

 

Había uno que era el más fuerte y se quedaba con la mejor parte. No porque utilizase la fuerza contra los demás, sino porque se lo había ganado dando la cara al mamut, al que los demás le entraban por la retaguardia.

Todos comían el cacho que se habían ganado, menos un trozo que dejaban para los enfermos y heridos. También el más fuerte, que también estuvo enfermo, que también estuvo herido.

miércoles, 19 de marzo de 2025

Era un excelente cocinero ambulante

 

Yo conocía a Florián Fadrián de cuando iba por los pueblos en los días de fiestas, con un puesto ambulante de sardinas de monte que preparaba exquisitamente al ajillo. Coincidí con él en muchas ocasiones y muchas noches unos cuantos acabábamos en su puesto, degustando hasta altas horas de la madrugada la especialidad de la casa.

Luego le perdí la pista, hasta que una tarde le vi en televisión. Se había convertido en un cocinero famoso porque se metía en la cocina embutido en un traje NBQ a cocinar con soplete de carburo puro.

Sin embargo, tengo la impresión de que cualquier día me lo volveré a encontrar, que la moda de la comida alienígena va a pasar más temprano que tarde y el bueno de Florián volverá a echarse a la carretera con un puesto ambulante, esta vez, para variar, de conejos de mar también exquisitamente preparados al ajillo.

sábado, 1 de marzo de 2025

La cosecha que canta

 

Un cubo de compost 

para los árboles

y otro con alimento

 para los pájaros.

Así, la mitad de la cosecha

será fruto

y la otra mitad

puro canto.


sábado, 22 de febrero de 2025

Habitar un lugar de escasa pluviometría

Hay dos maneras de habitar un lugar de escasa pluviometría. Una es como lo hace la naturaleza, con poca densidad de población, una fauna tirando a lagartinosa y una flora arbustiva con bien de pincho y frutillos pero que muy mineromedicinales.

A la manera de la naturaleza, la densidad de población se mantiene baja porque los frutillos y los lagartos alimentan pero no llenan graneros, y la tierra no se erosiona porque las raíces fuertes de los arbustos la retienen.

Es una forma de vida muy desprestigiada, tan solo porque se comen azufaifos para desayunar, almocafres para comer y lagartoguanchos para vestir y cenar.

La segunda manera es como lo hace la civilización, tirando de trasvases para surtir de agua el territorio y que se pueda desarrollar económicamente, que viene a ser lo mej0r de lo mejoramen que nos puede pasar a los humanos.

De esta manera, la densidad de población crece desproporcionadamente, porque es abastecida por la red general comercial y ya no depende de los recursos de la zona, y la tierra se erosiona, porque se cortan los arbustos para plantar árboles frutales de regadío, que acaban secándose, y la fauna lagartiguanchi desaparece ya que no queda piedra sin remover.

Hay un lugar de escasa pluviometría en el litoral mediterráneo donde la naturaleza plantó su mano y le salió una manga al mar. En ese mismo lugar plantó la civilización su mano y han muerto los peces, la manga y la sal.