domingo, 15 de junio de 2025

El día que conocí a Derzú Uzalá

Llevaba algunos años viviendo en La Taiga. Por mi cabaña pasaban comerciantes y curiosos interesados en mi línea de cosmética natural. En las conversaciones, muchos mencionaban con entusiasmo el nombre de Derzú Uzalá. Todos parecían habérselo encontrado cuando andaban perdidos, cuando La Taiga parecía que se los iba a comer. Una tarde estaba tranquilamente frente a la lumbre, cuando llamaron a la puerta.

-Buenas tardes, ando un poco perjudicado de esta rodilla. Me han dicho que aquí...

-¡Ostias, tú debes ser Derzú Uzalá! He oído hablar mucho de ti. Incluso tengo un retrato tuyo a carboncillo, mira.

-¡Joder, es verdad, parezco yo!

-Pero no te quedes en la puerta, pasa, siéntate aquí y vete remangando que te vas a lavar la zona afectada ahora mismo... Ahí lo llevas Derzú. Ahora te pongo la pomada de la verdad y la vida del tirón... Ahí, ahí... Vale. Deja que haga su magia. Apoya en este tronco la pierna.

-Gracias, de verdad. Desde que me tropecé, sentía que La Taiga me iba carcomiendo por dentro y por fuera.

-Que no, Derzú, que solo es una torcedura cojonuda. En dos días vas a sentir una gran mejoría y volverás a moverte por La Taiga como siempre.

-Me encantaría. La verdad es que me hubiera gustado traer algo para compartir, pero no he podido conseguir nada. 

-¿¡Ah, sí!? Pues no te preocupes. Ayer mismo pasó una caravana de comerciantes por aquí y pude cambiarles mis productos por de todo: chocolate, café, tabaco, licor de hierbas... Hay para elegir, Derzú. Nos vamos a poner moraos, ya verás.

Lo pasamos estupendamente puliéndonos el cargamento. Derzú estuvo contando anécdotas divertidísimas y yo me veía totalmente en el papel de su segundo de aventuras por La Taiga. Fueron dos días apoteósicos, hasta que Derzú se recuperó del todo y se fue. Lo vi alejarse desde mi cabaña. Iba con la mano abierta saludando al agua, saludando al viento, saludando a la gente al entrar en La Taiga.


miércoles, 23 de abril de 2025

Ese espantapájaros atrae mucho a los pájaros

 

Ese espantapájaros atrae mucho a los pájaros. Hace muy bien el distraído y los animalillos se acercan con tranquilidad a posarse en el sombrero, los hombros y las chubarbas. Se nota que le tienen por un colega más, y algún cachondo le trae una exquisita oruga en el pico y se la pone en la boca. Entonces el espantaatraepájaros tose y los pájaros se alejan riéndose, disfrutando de la jugada.

Luego vuelve la tranquilidad y el silencio. Una lagartija aprovecha el momento y sube por las piernas directamente hacia el oído. Algo de cerumen llama la atención de su lengüecilla que no para de chupar tan dulce golosina, hasta que no me queda más remedio que decirle quita de áhi lingüista, que me estás haciendo cosquillas.

El atraepájaros empieza a andar cuando va cayendo la tarde. Deja caer algo de alpiste y los pájaros le siguen  hasta una curva del camino. Entonces, ellos se retiran a sus casas y yo me vuelvo a mi nidal, donde algún colega se ha tirado el rollo y me ha dejado cuarto y mitad para que me haga una buena tortilla.

sábado, 5 de abril de 2025

Caminar sobre las aguas de un lago

 

Mucha gente dice que soy la ostia

por que camino sobre las aguas de un lago,

y yo les digo que no flipen tanto,

que si lo hago

es por que me deja el propio lago.


Otra cosa muy distinta 

es lo que destilo en mi alambique, 

eso sí es de cosecha propia,

eso sí que es la ostia.

miércoles, 26 de marzo de 2025

También el más fuerte

 

Había uno que era el más fuerte y se quedaba con la mejor parte. No porque utilizase la fuerza contra los demás, sino porque se lo había ganado dando la cara al mamut, al que los demás le entraban por la retaguardia.

Todos comían el cacho que se habían ganado, menos un trozo que dejaban para los enfermos y heridos. También el más fuerte, que también estuvo enfermo, que también estuvo herido.

miércoles, 19 de marzo de 2025

Era un excelente cocinero ambulante

 

Yo conocía a Florián Fadrián de cuando iba por los pueblos en los días de fiestas, con un puesto ambulante de sardinas de monte que preparaba exquisitamente al ajillo. Coincidí con él en muchas ocasiones y muchas noches unos cuantos acabábamos en su puesto, degustando hasta altas horas de la madrugada la especialidad de la casa.

Luego le perdí la pista, hasta que una tarde le vi en televisión. Se había convertido en un cocinero famoso porque se metía en la cocina embutido en un traje NBQ a cocinar con soplete de carburo puro.

Sin embargo, tengo la impresión de que cualquier día me lo volveré a encontrar, que la moda de la comida alienígena va a pasar más temprano que tarde y el bueno de Florián volverá a echarse a la carretera con un puesto ambulante, esta vez, para variar, de conejos de mar también exquisitamente preparados al ajillo.

sábado, 1 de marzo de 2025

La cosecha que canta

 

Un cubo de compost 

para los árboles

y otro con alimento

 para los pájaros.

Así, la mitad de la cosecha

será fruto

y la otra mitad

puro canto.


sábado, 22 de febrero de 2025

Habitar un lugar de escasa pluviometría

Hay dos maneras de habitar un lugar de escasa pluviometría. Una es como lo hace la naturaleza, con poca densidad de población, una fauna tirando a lagartinosa y una flora arbustiva con bien de pincho y frutillos pero que muy mineromedicinales.

A la manera de la naturaleza, la densidad de población se mantiene baja porque los frutillos y los lagartos alimentan pero no llenan graneros, y la tierra no se erosiona porque las raíces fuertes de los arbustos la retienen.

Es una forma de vida muy desprestigiada, tan solo porque se comen azufaifos para desayunar, almocafres para comer y lagartoguanchos para vestir y cenar.

La segunda manera es como lo hace la civilización, tirando de trasvases para surtir de agua el territorio y que se pueda desarrollar económicamente, que viene a ser lo mej0r de lo mejoramen que nos puede pasar a los humanos.

De esta manera, la densidad de población crece desproporcionadamente, porque es abastecida por la red general comercial y ya no depende de los recursos de la zona, y la tierra se erosiona, porque se cortan los arbustos para plantar árboles frutales de regadío, que acaban secándose, y la fauna lagartiguanchi desaparece ya que no queda piedra sin remover.

Hay un lugar de escasa pluviometría en el litoral mediterráneo donde la naturaleza plantó su mano y le salió una manga al mar. En ese mismo lugar plantó la civilización su mano y han muerto los peces, la manga y la sal.