miércoles, 11 de mayo de 2016

Dos versiones de la misma historia, aunque solo una se ajusta a la realidad

1.

Nosotros, junto con otros amigos, empezamos un Mercado de la Tierra con frutas y verduras ecolocales un año antes de que empezara la crisis. Y aunque siempre fue una actividad minoritaria, acudía un grupo muy variado de personas dispuestas a contribuir con una bonita suma de dinero y una sonrisa. Cada sábado que montábamos el mercado conocíamos a varios profesores de Biotodo y parejas de la capital dispuestas a venirse a vivir al pueblo cualquier día de estos. Y todos decían lo mismo: "Cada vez hay más gente concienciada de la importancia de la ecología".

Cuando de verdad empezó la crisis, el comentario que más escuchábamos en el mercado era: "Ahora la gente se dará cuenta de las cosas que son verdaderamente importantes".

Últimamente, apenas se ven profesores de Bionada ni urbanitas de visita por el mercado, y el variado grupo de personas que acudía al principio ha quedado reducido a un grupo de amiguetes.

Parecía que con la crisis la gente iba a tomar conciencia de lo que era verdaderamente importante, y resultó que las Bioclases, consumir productos ecolocales y venirse a vivir al pueblo no lo eran.

2.

Nosotros, junto con otros colegas, empezamos un Mercado de la Tierra con verduras y frutas ecolocales, y aunque siempre fue una actividad minoritaria, acudía un variopinto y nutrido grupo de personas dispuestas a contribuir con una bonita sonrisa y un dinero precioso. Cada sábado que montábamos el mercado teníamos la suerte de conocer a varios profesores de Biotodo y a parejas de la capital dispuestas a venirse al pueblo el próximo jueves. Y todos decían lo mismo: "Cada vez hay más gente concienciada de la importancia de la ecología".

Cuando empezó la crisis de verdad, el comentario más escuchado en el mercado era: "Ahora la gente se dará cuenta de las cosas que son verdaderamente importantes".

Últimamente,  se ven cada vez más Bioprofesores por el mercado, y un elevado porcentaje de urbanitas de los que se querían venir al pueblo se ha venido, por lo que el variopinto y nutrido grupo que acudía al mercado desde el principio ha crecido espectacularmente.

Parece que con la crisis la gente se ha dado cuenta de lo que es verdaderamente importante, y resulta que las Bioclases, consumir productos ecolocales y vivir en un pueblo sí lo son.

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